UGT no ha querido esperar más. Ante las dudas sobre la posibilidad de llegar un pacto con los empresarios, la central ha fijado su objetivo salarial para 2018. Sus negociadores exigirán un alza del 3%, el doble de la actual, en los centenares del mesas donde se encuentran presentes. Además de exigir este fuerte avance, mayor aún en el caso de los salarios más bajos (donde tratarán de fijar un suelo de 1.000 euros), se acompañará de otra reivindicación que ya dio al traste la última tentativa de acuerdo, la inclusión de cláusulas que protejan los salarios frente a la inflación.

El sindicato que dirige Pepe Álvarez ha fijado este viernes ese 3% como la referencia del avance salarial que sus negociadores exigirán para 2018. Además, el sindicato fija un suelo de 1.000 euros como mínimo para los trabajadores con los sueldos más bajos. Y añade la inclusión en los convenios de cláusulas de garantía salarial que aseguren que estas rentas ganan frente a la inflación, independientemente de la deriva del IPC.

UGT justifica este fuerte incremento en la necesidad de que los trabajadores recuperen el poder de compra, tras una merma que la central cifra en un 7,4% de media, entre 2009 y finales de este 2017.

Una pérdida de poder de compra que el sindicato amplía al 10% en el caso de los salarios más bajos.

Y que le lleva a pedir que “todos” los convenios incluyen un salario mínimo garantizado de 1.000 euros, al menos, a partir del próximo 2018.

Cinco años de incrementos por encima del IPC

El sindicato defiende que los salarios deben subir 1,2 puntos sobre la inflación durante un período de 5 o 6 años a fin de poder recuperar el terreno perdido durante la crisis.

Una inflación que el año próximo se situará en el 1,5% como promedio, según las previsiones del Gobierno. Por tanto los salarios, además de esos 2,7 puntos, deberán subir un 0,3%, debido a los aumentos de la productividad real del trabajo previstos.

De este modo, una subida del 1,2% sobre la inflación durante 5 o 6 años permitiría a los trabajadores recuperar buena parte del poder de compra perdido durante la crisis, sostiene el sindicato.

Cláusulas frente a la inflación

La central recuerda además que la mayor parte de los trabajadores han perdido uno de los instrumentos para luchar contra la inflación, como son las cláusulas de garantía salarial.

Y propone ahora extender esta reivindicación a todas las mesas de negociación a fin de posibilitar que las cláusulas se generalicen, y pasen del 1,5 millones de trabajadores que hoy las incluyen en sus convenios, a los 8 millones que contaban con las cláusulas antes de la crisis.

Aun así, el sindicato advierte que solo pedirá ese avance salarial del 3% en aquellos ámbitos donde sea posible, en función de la situación económica de la empresa o del sector afectado.

Hasta el momento, con datos de octubre, los salarios pactados en convenio subieron una media del 1,4% en los cerca de 3.000 convenios con efectos económicos en 2017, que afectan a 6,58 millones de trabajadores. .

La reivindicación de UGTe irrumpe en una negociación entre las patronales y los sindicatos que este año no cuentan cuentan con una referencia salarial después de la ruptura de negociaciones el pasado verano.

En ese momento, los empresarios ofrecían a los sindicatos un alza salarial del 2%, más un punto adicional en función de la productividad; frente al 3% exigido por los sindicatos.

Según diversas fuentes, la pretensión sindical de incluir cláusulas de revisión salarial fue uno de los puntos que acabaron echando al traste el acuerdo.

En el mes de octubre, la inflación se situó en el 1,6%, según datos del Instituto Nacional de Estadística, por encima de la variación salarial media pactada.