La economía catalana se ha visto gravemente deteriorada no sólo por la denominada fuga de empresas, también por la caída de actividad en sectores como el consumo o el turismo. Según el Círculo de Economía esta situación, que ha surgido tras anunciarse una Declaración Unilateral de Independecia, puede empeorar si no somos capaces de garantizar mínima previsibilidad que exigen ciudadanos y empresas.

Para asegurar un marco de actuación previsible, opina la institución, es necesario que los partidos políticos que concurren a las elecciones del próximo 21 se comeprometan a desarrollar su futura acción política cumpliendo en todo momento con la ley. En caso contario la economía catalana sufrirá consecuencias directas como el aumento de desempleo que, junto a la desconfianza política, incrementarían la fractura social.

De modo que los miembros de esta institución, fundada en 1958 para fomentar el debate sobre las políticas económicas y el progreso social, ve en la convocatoria de elecciones para el próximo 21-D una oportunidad para solucionar los problemas derivados de la crisis política en Cataluña. Considera que, sea cual sea su resultado, se debe iniciar una nueva etapa en que prevalezca la voluntad de diálogo y entendimiento.

En los últimos años, la extrema focalización en el “procés”, ha llevado a no priorizar otras cuestiones que, por su complejidad y trascendencia, requieren de una especial atención. Por ello, y pese a sus características excepcionales, esta próxima campaña electoral adquiere más relevancia que nunca y debe aprovecharse para clarificar propuestas y alcanzar unos acuerdos básicos sobre nuestro futuro inmediato. Nuestra convivencia ciudadana y bienestar económico dependen de cómo gestionemos los próximos meses.

En este sentido, concluye el Círculo de Economía, el primer paso es que los partidos acudan a las urnas con propuestas concretas y realistas, no solo acerca del conflicto territorial, sino también sobre todas aquellas cuestiones que condicionan el presente y el futuro inmediato de los ciudadanos.

Posteriormente, y una vez aprobado el nuevo Parlamento y Gobierno de la Generalitat, será el momento para que, desde los poderes políticos, pero, también, desde el mundo económico y empresarial, se definan aquellas actuaciones que favorezcan el pleno retorno de la economía catalana a la normalidad.