El ministro de Fomento, José Blanco, le ha respondido planteando alguna contradicción entre lo que dice perseguir y lo que dice
González tuvo una intervención, en el curso de la Universidad Menéndez Pelayo organizado por la APIE, más política que como presidente del segundo banco del país, y tuvo una respuesta inmediata por parte del ministro de Fomento que inauguraba el curso.
Efectivamente, González en su intervención leída apenas tuvo palabras para referirse al sistema financiero, más allá de pedir que la reforma de las cajas se ejecute lo más rápido posible, y dedicó bastante tiempo a glosar la necesidad de reducir el déficit de las administraciones públicas y la necesidad de profundizar en la reforma laboral más allá de lo que lo hace el decreto aprobado por el Gobierno la semana pasada que regulará la negociación colectiva futura.
González pidió cambiar las normas actuales para que se cree empleo, y sobre todo, para que los jóvenes encuentren un trabajo. Aceptó que en cualquier caso con cualquier reforma este objetivo no se conseguirá de inmediato. El ministro Blanco le contestó nada más empezar a intervenir señalando que si se trataba de crear empleo quizás “no había que cambiar las leyes actuales porque con las vigentes era con las que se había creado más empleo que nunca antes de la crisis”. Para Blanco de lo que se trata es de flexibilizar la vida en las empresas para conseguir acercarnos a Alemania que “habiendo perdido el mismo número de horas trabajadas que en España, ha tenido una pérdida mucho menor de empleo”.
Pasado este incidente, el presidente del BBVA se mostró partidario de que se finalice rápidamente el proceso de saneamiento de las cajas, “se identifique a las débiles y se subasten en condiciones de mercado”. En esta cuestión surgió un problema porque en la nota de prensa oficial se hablaba, además, de “intervenir” las cajas débiles y González negó haberlo dicho. En todo caso parece difícil que alguien, se supone que el FROB o el Banco de España, pueda subastar una entidad sin haberla intervenido antes. Porque no será suya ni estará administrada por ellos.
Pero al margen de esta discusión, González volvió a reiterar su posición conocida. La subasta debe ser transparente y en ella deben participar aquellos, nacionales o extranjeros, que sean solventes, aporten capital, tengan liquidez y puedan proporcionar capacidad de gestión. No dijo nada de quien debe quedarse con los activos malos de las cajas en dificultades pero se supone, ya que lo ha reiterado antes, que deberían ser las instituciones públicas quienes se hagan cargo de ellas en el proceso de saneamiento previo a la subasta.
Preguntado acerca de la posible entrada de José María Castellano como presidente ejecutivo de NovaCaixaGalicia, González fue muy radical en su respuesta: “Parece que la caja necesita 2.500 millones de euros para su saneamiento. Si Castellano tiene esa cantidad, bienvenido”, negando claramente la posibilidad de que pudiera acceder a ese puesto si no pone encima de la mesa esa cantidad de dinero. El ministro Blanco fue más diplomático, reconociendo los méritos profesionales de Castellano y afirmando que, si se confirmara que accediera a ese puesto, estaba seguro de que lo haría bien y con profesionalidad.
Tanto el ministro de Fomento como el presidente del BBVA coincidieron en que las reformas de calado se hacen siempre en momentos de crisis y no se aprovechan los años de bonanza para iniciarlas. Blanco fue taxativo: fue en la legislatura anterior cuando se cometieron los errores. “No se cambió el modelo productivo en España y ello llevó al estallido de la burbuja inmobiliaria como consecuencia de que toda la sociedad vivió por encima de sus posibilidades y de ello da buena cuenta el elevado endeudamiento de las familias”.
González no pidió elecciones anticipadas, como han hecho algunos líderes políticos o empresariales, pero si dijo que hay que hacer ya las reformas pendientes y por eso pidió tanto a Gobierno como a la oposición que abandonen sus intereses personales o partidistas para defender los del país. Blanco reiteró que el presidente del Gobierno ha dicho que terminará la legislatura y lo justificó precisamente por la necesidad de llevar a cabo las reformas pendientes. Parecía que estaban de acuerdo.
Preguntado el presidente González sobre el efecto que pudiera tener que Bankia no salga a bolsa en julio como inicialmente está previsto, le echó una mano a Rodrigo Rato afirmando que “la calidad de Bankia tiene poco que ver con si sale a bolsa o no en julio” porque ello depende en gran medida de si los mercados están receptivos o no. González recordó que continuamente se paralizan operaciones porque los mercados no las ven claras y que eso no supone una merma en la calidad de las empresas que no las llevan a cabo.
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