La nueva rebaja del «rating» griego estropea la sesión

13/06/2011

M. L.. 13-06-2011

Los innombrables de Standard & Poor’s, esos que no alertaron a nadie del peligro de las emisiones subprime mientras se dedicaban a «paquetizarlas», alertaron ayer por enésima vez del peligro que supone Grecia y rebajó la calificación financiera del país heleno en nada más ni nada menos que tres escalones, dejándola en CCC. Advierte con esta rebaja del riesgo de «default» de Grecia en el plazo de un año y subraya que mantiene el «rating» en perspectiva «negativa», es decir, que cualquier semana de estas volverá a hacer de las suyas.

Y el anuncio llegó justo cuando los índices americanos habían culminado una remontada espectacular y transitaban por máximos del día. Ya es casualidad, oiga usted. Esta nueva rebaja me trae a la cabeza dos pensamientos. Primero. La señora Merkel ya debe estar contenta. Ha conseguido lo que quería: poner a Grecia y a la UE contra las cuerdas, aún a costa de traspasar la línea roja desde hace semanas. Segundo. Que los innombrables calificadores de las solvencias financieras no aportan en realidad nada nuevo al panorama. Cualquiera que esté en este mundo sabe desde hace semanas que Grecia está al borde del colapso gracias a la «generosidad» alemana, así que tampoco se comprende muy bien la reacción tan negativa.

O sí se entiende. Pasamos por momentos delicados y cualquier mala noticia va a encontrar amplificación en el mercado. Las buenas tendrán que pasar reválida, pero las malas precipitarán de nuevo las cotizaciones hacia el infierno. Prueba de ello es que hoy apenas si se ha puesto en el otro lado de la balanza como contrapeso la oleada de nuevas operaciones empresariales que se están anunciando.

Insistiré un poco en este pequeño «detallito». Si los grandes compran ahora no duden que es por algo y ese algo es claro: no esperan poder comprar a mejor precio en un plazo razonable. Es decir, sus estudios (y los habrán hecho varias veces) no prevén un mercado bajista a corto plazo.

Miren ustedes que estos tipos jamás dan puntada sin hilo y si no prevén un mercado bajista, por ende, prevén que habrá acuerdo sobre el techo de deuda americano e, incluso, que habrá QE3. Ambas cosas son las que Wall Street espera para lanzarse a una orgía compradora, pero ninguna de las dos se ha producido aún y en mi opinión la QE3 es bastante improbable que llegue a anunciarse.

En estas condiciones, el Dow Jones pasó de coquetear con la cota de los 12.000 puntos de nuevo a coquetear con las pérdidas en cuestión de media hora y si le añadimos que el Nasdaq ni está ni se le espera, apañados vamos.

Al cierre, el Dow Jones subió un mínimo 0,01%, el S&P 500 un 0,07% y el Nasdaq Composite cerró en números rojos del 0,16%. Para completar las incertidumbres, bajaron bastantes más valores de los que subieron y eso siempre añade algo más de preocupación.

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