La experiencia de dormir en Noruega

13/06/2011

Carmen Duerto.

En un viaje a Noruega el alojamiento es una parte importante de la experiencia. El país ofrece variedad y calidad para todos los gustos y todos los bolsillos: desde cabañas de pescadores en la costa, a un hotel de diseño en el centro de Oslo, campings en maravillosos entornos, hoteles históricos de gran tradición en los Fiordos o albergues a un precio muy asequible.

En estas fechas lo más recomendable es llevarse un antifaz y dejarse seducir por una naturaleza indescriptible. También sorprende lo poco masificado que está todo y los espacios tan abiertos. Los alojamientos son muy correctos y ajustados. La vivencia de alojarse en las remotas Lofoten, por encima del Círculo Polar Ártico, en una cabaña de pescadores encima del agua hay que vivirla aunque sólo sea una vez en la vida.

Dormir como un rey en Hoteles Históricos

Los Hoteles Históricos no son hoteles normales. Se caracterizan por su arquitectura basada en el estilo tradicional noruego y en su gastronomía, su ubicación y el servicio. La cadena tiene 38 hoteles y 18 restaurantes emplazados en casas de campo, antiguas mansiones, edificios de madera de estilo pseudo-suizo y Jugend (art nouveau), convertidos en bellos, pequeños y románticos hoteles.

Los  hoteles de esta cadena suelen ser propiedad familiar y destacan por su trato y servicio personal. También dan un gran valor a la gastronomía basada en las raíces de la cultura noruega. No olvidemos que antes de que se hicieran ricos con el descubrimiento del gas y el petróleo, eran un pueblo humilde dedicado a la agricultura y a la pesca. Por tanto, su gastronomía es sencilla y de temporada. Es imprescindible probar el salmón y cuanto más básico mejor. Al vapor y con unas patatas es exquisito porque la materia prima es deliciosa. www.dehistoriske.com

Dormir sobre el mar. Cabañas de Pescadores en las Islas Lofoten

Los rorbu son las antiguas cabañas de pescadores de las Islas Lofoten y Vesterålen convertidas en alojamientos turísticos. Son la manera más auténtica y pintoresca de pasar unas vacaciones, en los pequeños pueblos de pescadores de estos archipiélagos. Con la tranquilidad asegurada, el antifaz es necesario porque es de día en estas fechas. Uno sabe que tiene que dormir porque le entra sueño y porque mira el reloj y aunque las ovejas estén pastando por los prados, igual son las tres de la madrugada. Las Lofoten son tan tranquilas que parece que es el fin del mundo y que no hay habitantes. No les recomiendo que entren en lo que se anuncian como museos porque puede ser la casa de alguien que colecciona vasijas o fotos. Allí el monumento mayor es la naturaleza y la pintoresca carretera E10 –la única que hay- con sus 166 kms hasta llegar a  o lo que es lo mismo el fin del mundo.

Hay rorbu para todos los gustos. Desde cabañas sencillas hasta las más lujosas con todas las comodidades. Lo que tienen todos en común, además de su estilo arquitectónico, es que suelen estar construidas sobre el mar.

En Henningsvær, en las Islas Lofoten, recomendamos el Gammelfiléten Brygge, que dispone de rorbu con capacidad de hasta 4 personas. Estos rorbu, que fueron construídos en 1923 para limpiar el pescado, en 1970 fueron rehabilitados para dar alojamiento a los pescadores durante la temporada de pesca y recientemente se han convertido en alojamientos turísticos. Están perfectamente equipadas y, al menos en las que yo me alojé, están a pie del mar. La tranquilidad es absoluta y el paisaje indescriptible. http://www.gammelfileten.com/index2.html

Henningsvaer Rorbuer: http://www.henningsvar-rorbuer.no/es/lofoten/fischerhuette/informacion.html

Svinøya Rorbuer: www.svinoya.no

Nusfjord Rorbu: www.nusfjord.no

Vesterålen Congress Center: www.hurtigrutenshus.com

Dormir en un faro. Alojamiento de impacto en el Faro de Svinøy, en Ålesund

En Noruega es posible dormir en 50 de los muchos faros que pueblan la extensa costa y entre ellos destaca el Faro de Svinøy, en Ålesund, un hotel único con una isla sólo para tí a la que se accede en helicóptero. Se encuentra en una de las localizaciones más inusuales del mundo para un hotel: naturaleza salvaje y escarpada y la belleza de la soledad más absoluta de una isla que se encuentra en mar abierto, a doce millas de la costa de Noruega.

Perfecto para los que buscan intimidad, el huésped goza en exclusiva de los 900 metros de largo de la isla, durmiendo en la casa que en su día habitaron los fareros y sus familias. El faro puede acoger hasta 11 personas en sus cuatro habitaciones dobles y tres sencillas, y el precio incluye el trayecto en helicóptero y la presencia del personal de servicio necesario. http://www.62nord.net/hotels–accomodation/svinoy-fyr/1077/0/

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