Honorio Romero, vicepresidente de la Fundación Bancaria Ibercaja; Amado Franco, presidente; José Luis Aguirre, presidente de Ibercaja Banco; y Víctor Iglesias, CEO del banco.

La tradicional Copa de Navidad de Ibercaja ha dado este año muchos titulares, marcada por el relevo en la presidencia del banco. Amado Franco, el ‘cajero’ más veterano del sector, cedía el mando a José Luis Aguirre hace 10 meses, y ahora asume la presidencia de la Fundación Bancaria Ibercaja (accionista mayoritario de la entidad) con la inequívoca intención de acelerar la reducción de su participación por debajo del 40% a través de la salida a Bolsa antes de 2020.

José Luis Aguirre insiste en la vocación de independencia de Ibercaja: “hemos sido una de las pocas cajas de ahorro que han superado una profunda crisis económica y financiera sin recibir ayudas públicas, gracias a nuestra solidez financiera y una prudente gestión» «En el ciclo actual de recuperación y consolidación del crecimiento de la economía, estamos preparados para continuar nuestro proyecto en el futuro”, remacha.

El consejero delegado, Víctor Iglesias, anuncia un plan estratégico hasta 2020, «transformador», que refuerza esa voluntad de seguir en solitario.

Amado Franco, como es habitual, es el que habla más claro: “tenemos por delante realizar la desinversión de la Fundación en el banco y diversificar sus fuentes de financiación». Y situar a la Fundación «en el sitio que le corresponde, ya que está llamada a ser una de las más importantes de España”.

Para ello, su estrategia pasa por “preservar la Obra Social, que seguirá siendo un auténtico estandarte de la marca Ibercaja y que continuará contribuyendo al desarrollo y al bienestar social de todos los territorios donde operamos, pero especialmente de nuestro querido Aragón”. Al mismo tiempo, “trazar nuevas líneas de actuación para un futuro más en cambio que nunca”, como lleva haciendo la actual Ibercaja desde su creación hace 141 años.

Honorio Romero, vicepresidente de la Fundación tras ceder la presidencia a Amado Franco, insiste en ese planteamiento de «rebajar su participación en el banco y diversificar sus inversiones en otros ámbitos». «Pero manteniendo la esencia de nuestra entidad», precisa.