Gustavo Dudamel fue un niño prodigio que aprovechó sus oportunidades “soy muy apasionado en lo que hago pero también le pongo mucho cerebro”. Comenzó a ponerse al frente de orquestas sinfónicas con dieciséis años, pero a los seis ya “dirigía” a la Filarmónica de Viena; “yo la dirigí mucho simulaba la orquesta con todos mis muñecos” y hace diez tuvo la oportunidad de hacerlo de verdad, desde entonces es un director habitual de los maestros vieneses. Con ellos iniciaba en Montecarlo una gira que el día 13 de enero les lleva al Teatro Real de Madrid “es mi debut en el Real y es un placer porque guarda un misterio acústico para mí y descubrirlo es como abrir un nuevo chocolate. Madrid es un sitio muy familiar, por la familia y porque he venido mucho pero siempre al Auditorio y hacerlo ahora en el Real con la Filarmónica de Viena me produce un placer infinito. Cuando debuté con ellos con veintipocos años me dijo el chelista “mi abuelo tocó con Mahler y a eso se enfrenta uno cuando toca con ellos”.

Dudamel es una estrella mundial, casado con la actriz española María Valverde “Estoy enamoradísimo de María, la adoro, la amo y estamos muy felices. Ella me ha enseñado mucha música, me gustan desde los Beach Boys a Coldplay o la música acústica y la Zarzuela”. Se conocieron hace seis años, poco después que él compusiera la banda musical de una película en la que actuaba María. A pesar de ser una celebridad pisa la tierra y no parece que se la haya ido la cabeza. Reconoce algo que hemos podido comprobar este año en el concierto de Año Nuevo de 2018 con Ricardo Muti, que resultó algo tedioso, nada que ver con el de 2017 bajo la alegre batuta de Dudamel “no puedo dirigir una orquesta como si tuviera sesenta años”.

Será humildad, será felicidad, pero el maestro tiene dotes innegables como comunicador y no pierde la sonrisa “quizás que tengo rizos eso es lo que me hace diferente, ja, ja. No me siento una estrella, ni nadie único o particular. Me gusta hacer lo que hago. He crecido con la música y siento la responsabilidad de llevarla a la Comunidad. El arte no es elitista, es algo necesario. Crecí entre flautas y violines, eso creó mi mundo pero los músicos son lo importante. Si ese reconocimiento hacia mi persona sirve para acercar la música, pues bienvenido sea, pero soy muy normal, me gusta comer, me gusta leer y el estrellato me lo ponen”.

Dudamel es venezolano y hablar de la situación política de su país parece una cuestión obligada “Yo nací de un proyecto único en el mundo, que es el sistema de orquestas de Venezuela. Se creó en 1975 y en un principio era una utopía, ahora abarca todo el país y ha transcendido las fronteras. Ese proyecto ha crecido al margen de las circunstancias políticas y de los diferentes presidentes. La situación que vive mi país ha tocado profundamente a todas las familias venezolanas, pero aún así los niños siguen ingresando en las plantillas de las orquestas. Vamos a salir de la situación y tengo esperanzas porque cada vez que veo a un niño con un instrumento en sus manos, me sigo viendo reflejado.  El sistema de orquestas ha sobrevivido a las turbulencias, esa es la realidad y de la política sólo conocemos el escenario porque se hace en el backstage y ahí no sabemos qué ocurre. La ciudadanía tiene que construir desde donde pueda, yo lo hago desde la música. Cada día creamos más muros entre nosotros y lo que hay que hacer son puentes y los políticos dejar sus egos e ideologías y pensar más en la gente. Con democracia es de la única forma que podremos salir de esto y con madurez, veo a mi país como si fuera un adolescente al que le falta madurar”.

La cita con Gustavo Dudamel y la Orquesta Filarmónica es el próximo día 13 de enero en el Teatro Real de Madrid a las 20 horas. Con esta actuación, cierran la V edición del Formentor Sunset-Classics con un programa revolucionario para su tiempo Sinfonía Fantástica de Berlioz y el Adagio de la Sinfonía nº 10 de Mahler. Es la primera vez que el Formentor Sunset Classics sale de la isla y ha sido por iniciativa de los gestores del Teatro Real. El grupo Barceló se reserva unas entradas que incluirán tanto poder alojarse en el hotel Barceló Torre de Madrid, como la experiencia de poder cenar, después del concierto, con el maestro. www.formentorsunsetclassics.com y www.teatro-real.com