Existen distintas enfermedades que afectan a nuestro sistema sanguíneo y al riego. Muchas de ellas provienen de causas genéticas o biológicas, pero sin embargo el estilo de vida puede ser fundamental para la prevención o el tratamiento de los síntomas. En este artículo hablamos de la arteriosclerosis, una enfermedad que afecta a las arterias, es decir a los vasos sanguíneos que llevan la sangre rica en oxígeno al corazón y a otras partes de nuestro cuerpo. ¿Qué causas la producen? ¿Qué síntomas presentan los enfermos? ¿Cómo la podemos prevenir?

La arteriosclerosis consiste en la acumulación de placa dentro de las arterias. Esta placa, compuesta de grasas, colesterol y calcio que se encuentra en la sangre, se va acumulando en las aterías haciendo que se estas se endurezcan y se estrechen, lo que inevitablemente acaba por limitar el flujo de sangre rica en oxígeno a las partes del cuerpo. La arteriosclerosis puede provocar incluso problemas de salud más graves como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o, incluso en casos extremos no diagnosticados, la muerte. Por esto es tan importante no solo su diagnóstico y tratamiento sino también la prevención.

Se trata de una enfermedad importante y muy presente en las sociedades modernas de países occidentales industrializados. A pesar de que aún no se conoce la causa exacta que puede provocar esta acumulación de placa en las arterias, hay ciertos factores que pueden identificarse en todos los pacientes que sufren esta enfermedad y que nos dan una idea de aquellos hábitos que la generan.

Uno de ellos es el hábito de fumar, una costumbre que genera otros problemas para la salud. Cantidades altas de ciertos tipos de grasa o de colesterol en la sangre también pueden causar esta acumulación de placa en las arterias. La presión arterial alta, elevadas cantidades de azúcar en la sangre o la resistencia a la insulina o la diabetes son otros de los factores considerados de riesgo.

Si analizamos las causas comunes que se encuentran en la mayoría de pacientes que padecen esta patología podemos extraer una serie de factores que dependen del estilo de vida de cada persona y que de alguna forma podrían ayudarnos a mejorar nuestra situación o incluso a prevenir esta patología. Una es el hábito de fumar, pero otra un poco más complicada es la alimentación.

Comer bien

Existen diferentes tipos de dietas que nos ayudan a prevenir la arteriosclerosis, pero lo que es básico en todas ellas es una alimentación saludable para nuestro corazón. Debemos comer frutas y vegetales, alimentos integrales, carnes magras, es decir, con poco grasa, como el pollo, mariscos y productos lácteos bajos en grasa. Además es recomendable llevar a cabo una dieta baja en azúcares o granos refinados, en definitiva una dieta mediterránea saludable. Que debemos acompañar de una buena dosis de ejercicio físico. Moverse puede ayudar de forma significativa al estado de salud de todas las personas. Empresas como HHP Spain ofrecen productos que ayudan a mejorar la circulación sanguínea, estimular el sistema linfático y mantener un equilibro físico ideal para la recuperación o la prevención.

Es primordial tener un control de nuestro peso, ya que ningún exceso es bueno. Debemos intentar llevar una vida equilibrada para no padecer sobrepeso o obesidad, dos causantes muy ligadas a esta patología.

¿Cómo sé si padezco arteriosclerosis?

Pues bien, es muy difícil su diagnóstico puesto que la mayoría de síntomas no se padecen hasta que el enfermo sufre una situación médica más urgente, como puede ser un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Aún así, los síntomas que pueden indicarnos si padecemos arteriosclerosis dependen un poco de las arterias que tengamos afectadas, diferenciando entre las coronarias, carótidas, periféricas o renales.

Si un paciente ha tenido un episodio grave o el médico sospecha que podría sufrir esta enfermedad se pueden llevar a cabo una serie de pruebas para averiguar el estado de las arterias y la acumulación de placa en ellas. Depende del estado de cada paciente el médico considerará aplicar un tratamiento u otro, pudiendo ser este una intervención quirúrgica, para ensanchar las arterias y así volver a facilitar la circulación de la sangre rica en oxígeno.

Si es cierto que se puede controlar el hecho de sufrir arteriosclerosis puede significar para muchas personas vivir con miedo, ansiedad o depresión. Es fundamental hablar con el doctor, informarse bien y sobre todo llevar un estilo de vida saludable. Aunque la causa directa de esta enfermedad no se haya descubierto sabemos que una buena alimentación, no fumar, y practicar deporte nos podría ayudar a prevenir este tipo de patología. Algo que podemos empezar aplicar a día de hoy.

Si le han diagnosticado arteriosclerosis quizás deba cambiar algunos hábitos, pero es algo completamente normal y que con la ayuda de familiares y amigos se puede conseguir sin muchas complicaciones. Hable con su entorno y busque nuevas maneras de mantener una vida saludable.