La patronal CEOE logró pactar ayer, en el trascurso de una agitada reunión, una oferta salarial a los sindicatos en el marco de la negociación del gran acuerdo marco sobre negociación colectiva, el llamado AENC. En principio, los patronos aproximaron su postura a los sindicatos, que exigen subidas del 3% para 2017. Sin embargo, la resistencia patronal se ha enconado en un asunto clave que puede hacer fracasar, un año más, la negociación, como es la inclusión de unas cláusulas que aseguren el poder adquisitivo de los salarios frente a la inflación.

Fuentes conocedoras de la reunión mantenida ayer confirmaron a diarioabierto.es la existencia de disparidades entre los patronos durante la junta directiva celebrada en la sede de CEOE. Aunque oficialmente la patronal se niega a facilitar ninguna cifra mientras no avance la negociación, la propia empresarial informó de que su oferta se halla “en línea” con la banda salarial propuesta en 2011, esto es, entre el 1% y el 2%, más medio punto adicional en función de la productividad.

Sin embargo, y aunque los patronos están dispuestos a elevar hasta un 1% esa parte variable de su oferta, la mayor resistencia para llegar a un acuerdo con los sindicatos estriba en la negativa patronal a incluir cláusulas de revisión salarial que protejan los salarios de una subida de precios, que mide el IPC, afirman en dichas fuentes.

El rechazo a las cláusulas y el salario mínimo de 1.000 euros por convenio que reclama UGT configuran por el momento los mayores escollos para este negociación cuya próxima reunión se celebrará el 25 de enero, y para cuya finalización los patronos han puesto una fecha tope del 31 de marzo.

Por lo demás, según se avanzó ayer, los empresarios quieren ampliar el horizonte temporal por espacio de dos años e incluir en este pacto otra serie de cuestiones como son la productividad y una mayor flexibilidad en la negociación colectiva y en los contratos.

Buena parte del tejido productivo español está formado por pequeñas y medianas empresas, donde es difícil medir la productividad, un motivo por el cual los empresarios desean incluir variables concretas, como el absentismo, cuyo influjo se acostumbra a medir en numerosos convenios sectoriales, precisamente como merma productiva.

Mesa con el Gobierno

Por otra parte, en relación a la mesa sobre la calidad en el empleo, donde además de empresarios y sindicatos interviene el Gobierno, las mismas fuentes afirmaron que, a pesar de que el Ejecutivo tiene prisa por presentar un acuerdo, son muchas las diferencias que separan a los negociadores, lo que dificulta la consecución de este pacto en torno a la precariedad y el control de la contratación temporal.

En concreto, los empresarios se oponen a la fórmula de un contrato temporal con indemnización creciente propuesto por el Gobierno, que incrementa la compensación por fin de contrato de los temporales (12 días de salario, el primer año; 16 días, el segundo; y 20 días, el tercero), con el argumento de que esta fórmula encarece la contratación temporal; desde los 36 días actuales por tres años de servicio, al equivalente a 48 días.

En cuanto al sistema de bonus-malus propuesto por el Ejecutivo, que encarece con sobrecostes la contratación temporal abusiva, los empresarios parecen negarse también a este sistema. Además de la mayor factura en cotizaciones, desde CEOE se argumenta la gran dificultad a la hora de establecer un umbral que fije el nivel de abuso en relación al sector.

Además, en este sentido, citan un análisis que habría llevado a cabo la propia Seguridad Social que constata lo arduo de fijar dicho umbral, incluso sector por sector, debido a las diferentes necesidades de trabajadores temporales de cada subsector.