«Se han traspasado todas las líneas rojas” aseguró el president Artur Mas en una declaración institucional. La indignación llegaba a todos los rincones del Parlament contra el grupo de indignados que trató de impedir el acceso de los parlamentarios a la Cámara y agredieron a varios diputados, unos con empujones, a otros lanzándoles botellas e incluso rociándoles con espray sus vestidos. Incluso algunos parlamentarios denunciaron que les habían sustraído documentos y enseres personales.
Varios miembros del Govern y la presidenta del Parlament accedieron al recinto en helicóptero “porque lo importante es que el Pleno se celebre a la hora prevista, hay que transmitir la sensación de normalidad”, otros tuvieron que refugiarse en un cuartel de los Mossos cercano a la Cámara para ser trasladados al recinto en furgones policiales.
Pocas veces se había producido tanta unanimidad en el Parlament. La declaración institucional no sólo fue firmada por todos los partidos si no rubricada con aplausos. Tras recordar que el Parlament representa al pueblo catalán y a su voluntad expresada en las urnas “rechazamos contundentemente las agresiones y coacciones que han sufrido los representantes del pueblo catalán”. Asimismo “también rechazan el iintento de parar el Parlament”, y añade que “no puede aceptarse de ninguna manera que nada ni nadie pueda detener el trabajo de un Parlament democrático como es el nuestro”.
Como los manifestantes aseguraron que “podréis entrar, pero no podréis salir”, Artur Mas advirtió la posibilidad de una actuación contundente de la fuerza por parte de los Mossos, “aunque en cualquier actuación policial pueden originar imágenes impactantes, la policía es democrática y es ella quien tiene, democráticamente, el uso de la violencia”. Asimismo aseguró que “siento tristeza porque un Parlament como el nuestro, que tanto nos ha costado mantener, vea interrumpidas sus funciones. Es triste y se debe combatir”. Para añadir que “entiendo que mucha gente pueda sentirse indignada. Pero no es lo mismo estar indignado que actuar con indignidad”.
Por su parte el conseller de Interior, que se pasó la mañana por los pasillos o despachos de la Cámara dirigiendo el operativo, aseguró que “soy el único que entendió el 27-M” en referencia a la contundente y criticada actuación policial en la Plaça Catalunya. El martes nadie criticó la actuación de los Mossos que en varias ocasiones tuvieron que disparar balas de gomas al aire, aunque la contundencia de su actuación en la mañana fue muy comedida.
Además también se produjo una evidente división entre los “indignados”, mientras unos –quizás infiltrados- lanzaban objetos contundentes contra las fuerzas policiales, otros les recriminaban su actitud recordándoles el carácter pacífico de la protesta. A primera hora de la tarde una asamblea de un grupo de congregados aprobó trasladar la protesta ante el Palau de la Generalitat.
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