La reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona, más conocida como Eurogrupo o Ecofin, tiene previsto iniciar el lunes 22 de enero el procedimiento para elegir al sustituto del portugués Vitor Constancio, cuyo mandato como vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) finaliza el 31 de mayo.

Es la primera reunión del Eurogrupo que presida el portugués Mário Centeno. El ministro de Ministro de Finanzas de Portugal desde el 26 de noviembre de 2015, y presidente electo del Eurogrupo desde el 4 de diciembre de 2017, ocupa el puesto al que aspiraba Luis de Guindos, ministro de Economía, antes de que renovara el holandés Jeroen Dijsselbloem. El segundo y definitivo mandato del exministro de Finanzas de Holanda expiró el 13 de enero.

El Eurogrupo se convierte, por tanto, en un auténtico test para comprobar la fuerza de la candidatura española a una vicepresidencia del BCE. Tanto Luis de Guindos como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dan por hecho que España ocupará esa vacante. La confianza se ha incrementado tras lograr Portugal la presidencia del Eurogrupo.

Pero la candidatura española tiene en contra precisamente la ausencia de un nombre, ya que el Gobierno no lo ha puesto encima de la mesa. Luis de Guindos tiene a favor la labor realizada como ministro de Economía, y en contra el papel desempeñado por Lehman Brothers, banco de inversión para el que trabajaba antes de asumir ese puesto, en la ocultación del déficit de Grecia.

Un dato: ningún ministro de Economía o de Finanzas ha pasado directamente a la Comisión Ejecutiva del BCE en sus 20 años de historia. Algo que se ha interpretado como un mecanismo para reforzar la independencia del banco central.

También juega en  contra del ministro de Economía español la presión para incrementar la presencia femenina en los puestos relevantes de la Unión Europea.

Esto puede beneficiar a Eva Valle, directora de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, aunque también suenan para el cargo, Emma Navarro, secretaria general del Tesoro, y Margarita Delgado, la española que más alto ha llegado en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), al ocupar una de las 4 direcciones generales.

El único español que ha logrado ocupar la vicepresidencia del BCE fue José Manuel González Páramo, actual consejero ejecutivo del BBVA. Tras vencer su mandato en 2012,  fue sustituido por el luxemburgués Yves Mersch a pesar del bloqueo inicial de España, que consideraba que se había roto la tradición de que los cuatro grandes de la Eurozona tengan presencia en la Comisión Ejecutiva del BCE.

Sin calendario formal

El Eurogrupo abrirá, salvo mayúscula sorpresa, el periodo para la presentación de candidatos o candidatas a la vicepresidencia del BCE. Aunque el calendario no está formalmente establecido, se espera que el Eurogrupo elija al sustituto de Constancio en su reunión del 19 de febrero. Esta decisión, no obstante, tiene que ser confirmada por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de marzo, aunque también puede producirse por procedimiento escrito.

Durante todo este proceso se consultará al Consejo de Gobierno del BCE y al Parlamento Europeo sobre la idoneidad del candidato elegido, aunque ninguna de las dos instituciones comunitarias tienen derecho de veto.

Según establece el Tratado de la UE, el presidente, el vicepresidente y los otros cuatro miembros del Comité Ejecutivo del BCE deben ser «personalidades de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios». El mandato tendrá una duración de ocho años y no será renovable.

Grecia, Portugal y el futuro de la Unión, otras cuestiones

La vicepresidencia del BCE no es el único quebradero de cabeza de la reunión del Eurogrupo. En el orden del día, la tercera revisión del rescate de Grecia. Este país y las instituciones acreedoras alcanzaron a principios de diciembre de 2017 un acuerdo preliminar sobre las medidas que debía adoptar el Gobierno de Alexis Tsipras, que ahora debe verificar el Eurogrupo.

Si los responsables de Economía de la Eurozona apoyan a las reformas adoptadas por el Gobierno griego comenzará el procedimiento para el desembolso del siguiente tramo del rescate, que será de entre 6.000 millones y 7.000 millones de euros, durante la segunda mitad de febrero.

El cierre de esta tercera revisión del programa abre la puerta a las conversaciones más técnicas sobre las medidas a medio plazo para el alivio de la deuda pública griega, que serían implementadas si se considera necesario una vez se de por finalizado el rescate en agosto.

Otra cuestión es la última misión de supervisión posterior al rescate de Portugal. Y seguramente habrá tiempo para el debate sobre el futuro de la Unión Económica y Monetaria (UEM) tras la cumbre del euro que tuvo lugar en diciembre de 2017 y que fijó como prioridades completar la Unión Bancaria y el desarrollo del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).