1-Los agujeros de seguridad. Como sucede con los PC, estos fallos de software suponen una vía de entrada para virus. Los smartphones Android cuentan con un base de este sistema operativo diseñada por Google, pero luego cada fabricante lo adapta y personaliza para su teléfono. Es decir, que no existe una sola versión de Android sino muchas. En Apple esto no sucede, solo hay un iOS y cuando se encuentra un fallo la compañía lo parchea y ya está. Google también efectúa el mismo arreglo, pero si el fabricante no lo resuelve ahí se queda. “Si el fabricante del teléfono es serio, estamos más protegidos”, explica Mario García, director de Check Point.

Solución: Actualizar el sistema operativo cuando Google, Apple y los fabricantes las lancen.

2-Rootear el teléfono (Android). Consiste en modificar el sistema operativo para poder acceder a todos los recursos del teléfono. Esto un usuario normal no lo hace, solo los avanzados (la mayoría con el fin de instalarse programas piratas, es decir, versiones gratuitas de los originales). El problema es que existen virus que rootean el teléfono sin que el usuario se dé cuenta. “Cuando un teléfono es rooteado, abres la puerta y las ventanas de tu casa. Cualquiera que detecte que este rooteado puede tomar el control”, explica García, cuya compañía detectó más de un millón de teléfonos rooteados por malware el año pasado.

Solución: no rootearse el teléfono uno mismo y disponer de un sistema de seguridad que te avise de cúando alguien lo hace con malware. Lo mismo para las empresas, ya que deben saber qué programas se instalan los empleados en los teléfonos corporativos.

3-Instalar apps ilegales. Existen tiendas en las que te puedes descargar aplicaciones que son versiones gratuitas de las de pago. “Nadie da duros a cuatro pesetas y normalmente estas apps contienen malware”, advierte García. Esto no sucede en una tienda oficial como Google Play o Apple Store. Sin embargo, estas tampoco se salvan de que les cuelen alguna app con malware. “A veces estas compañías no lo detectan porque no es su negocio. Por eso conviene instalarse un antivirus que te avise de la descarga de apps maliciosas”.

Solución. Instalar apps de tiendas oficiales que ofrecen más garantías y sospechar cuando alguien te está ofreciendo una app gratuita cuando existe una versión de pago de la misma. “Es como comprar un Rolex por 50 euros, eso es un Trolex”, señala García.

4-Troyanos. Es un tipo de malware que se oculta dentro de una aplicación o que se instala a través de una conexión de red no segura. Existen troyanos específicos para el smartphone y te los instalas sin enterarte. “Una empresa surcoreana de publicidad en la web, de esas que cobran en función de los clics, desarrolló un troyano para contabilizar más clics de los reales, un 20 % más. Al infectar los teléfonos con él ganaba 300.000 dólares al mes de forma falsa”, detalla García.

Este tipo de virus ha aumentado mucho para criptojacking, es decir, para apropiarse de capacidad de cálculo con el fin de minar criptomonedas de forma remota sin el conocimiento del propietario. Uno se puede dar cuenta de esto porque “el teléfono va muy lento y la batería se agota enseguida”.

Solución: una herramienta que busque y avise de que la app es mala y te diga que la desinstales.

5- Ataques Man-in-the-Middle. Cuando te conectas a una red wifi pública y alguien está escuchando: se interpone entre el servidor wifi y tú de tal manera que accede al teléfono y te roba el nombre de usuario y contraseña. “Crees que te estás conectando al wifi pero en realidad redirige el tráfico de tu teléfono al de él. Esto es facilísimo de hacer, no hace falta alta tecnología, puede hacerlo cualquiera con un smartphone de gama baja y la app adecuada que te descargas de internet”.

Solución: Tener un antivirus para el smartphone (cuestan entre 1 y 4 euros al mes). “La gente debería concienciarse de que su móvil es como un PC y protegerse adecuadamente es una necesidad”, subraya García.