Sastrería Alfonso Hernández conmemora este 2018 su 70 aniversario. Y tiene mucho que celebrar: además de haber alcanzado los dos millones de facturación en 2017, espera conquistar pronto el mercado francés. ¿Cómo ha logrado ser sostenible este negocio familiar puesto en marcha en 1948 por Alfonso Hernández Fernández, un exmecánico de coches reconvertido a sastre de trajes a medida en su piso de la calle San Bernardo de Madrid. Hasta enero de 2017, el negocio se mantuvo en marcha gracias a la excelente labor del hijo del fundador, también llamado Alfonso Hernández, y el yerno, Carlos Rueda. Ese año, ambos cedieron la administración de la empresa, ya denominada Hernández Corporate Textile (Hercotex SL), a una tercera generación familiar ávida de innovación.

Siempre dedicada al diseño, fabricación y comercialización de prendas de vestir y vestuario laboral para empresas e instituciones, gracias al nuevo administrador de Hercotex y CEO, Jonathan Vierne, la empresa ejecuta una nueva estrategia corporativa ideada por él: centrada en el cliente, apoyada en el talento de sus trabajadores y enfocada hacia la digitalización. Hoy, Hercotex cuenta con tres marcas diferenciadas en función de sus diferentes públicos objetivo:

♦ Sastrería Alfonso Hernández. La enseña primigenia de Hercotex está centrada en el diseño, confección y venta de prendas, mediante tres líneas de negocio: sastrería militar, confección a medida y fabricación de uniformes corporativos. Entre sus clientes, cabe destacar al Ministerio de Defensa, Lexus y Marionnaud.

♦ Fortworker. Especializada en el diseño, fabricación y distribución de vestuario laboral, con esta marca se comercializan uniformes corporativos para empresas de cualquier tamaño y sector, como Clínica Centro, Prosegur, etc.

♦ Tailor on Road. Con esta marca, Hercotex presta su servicio en toda España, llevando su colección de trajes, camisas y complementos hasta el domicilio de particulares (B2C) y empresas (B2B). Sin moverse de casa o del trabajo, y sin ningún coste adicional —pues sólo pagan las prendas que adquieren— los clientes reciben el asesoramiento de un sastre que realiza los ajustes necesarios para que las prendas queden perfectas y a la medida. Para recibir este servicio, la empresa u organización deberá disponer de un espacio libre (despacho, sala multiusos…) y reunir un mínimo de tres personas interesadas. La duración del servicio es totalmente flexible y adaptable a cualquier horario de oficina.

“En cuatro años, hemos pasado de ocho a 23 personas en plantilla —nueve de ellas mujeres—, pero llegaremos hasta los 30 empleados en 2022”, comenta Vierne. Para este CEO el cambio de cultura interna de Hercotex es otro de sus retos: la empresa ha evolucionado desde un modelo familiar y paternalista de gestión a un modelo de “pyme que piensa como una gran empresa”, como apunta Vierne. Y añade contundente: “Lo importante en una empresa son las personas”. De hecho, no ha dudado al contratar a una persona de 64 años. Junto a ello, Hercotex ofrece hoy una mayor flexibilidad laboral a la plantilla (horarios, vacaciones…); una retribución por encima de lo que se contempla en el convenio del sector Textil, y “en 2018 nos hemos fijado alcanzar la paridad total entre hombres y mujeres”, señala Vierne. En su opinión, esta nueva estrategia “hará más felices a sus trabajadores y, por tanto, se sentirán comprometidos con la empresa al 100% y serán más productivos”. Entre los futuros proyectos de Vierne, está el de constituir una nueva empresa donde dar participación accionarial a sus empleados, “probablemente a finales de este año”.

La sede corporativa de Hercotex, que incluye un centro logístico de 2.000 m², está ubicada en el municipio madrileño de Boadilla del Monte, donde «contamos con un espacio dedicado al mundo de la sastrería. Allí atendemos a nuestros clientes de manera personalizada. Muchos de ellos son trabajadores de la ciudad financiera del Santander que se encuentra a escasos trescientos metros de nosotros», especifica Vierne. También hay lugar para un almacenaje de stock permanente y para los talleres de diseño y confección. Además, alberga una cafetería y se ha reservado un espacio —donde se está construyendo una barbacoa— para potenciar la creatividad de los empleados.

Un directivo proactivo
“Los empresarios no tenemos que esperar a que el Gobierno cambie las leyes, los convenios. Nosotros mismos podemos tomar la iniciativa y dar un paso más, hacia adelante. Si la coyuntura económica va mejor, si se está superando la crisis y debemos ser más competitivos, apoyemos al factor humano. Por tanto, por qué no aumentar los salarios sin esperar la modificación del convenio colectivo”, defiende Vierne. Y concluye con firmeza: “El capital humano es nuestro principal activo”.

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