Las empresas energéticas, no todas por igual, mantienen una tendencia bajista este año en Bolsa, que en algunos casos es una evolución en la misma línea que la del pasado año. Si bien se trata de un factor negativo para los inversores, cuenta con una derivada positiva: eleva la rentabilidad de sus acciones, dado que estas compañías mantienen la retribución vía dividendos a sus accionistas.

En este contexto, los títulos de la eléctrica Endesa, que se deja en el año un 5%, dan ahora una rentabilidad del 8%, lo que la convierte en el líder del Ibex por ese concepto, y la sigue Enagás, empresa gestora de las grandes infraestructuras gasistas, cuyas acciones rentan un 7,5%, si bien se han dejado un 14% de su valor en este año. Un caso similar es el de REE (transporte eléctrico), que pierde un 13% su capitalización bursátil, pero que renta más del 6%, Otras empresas energéticas –Repsol, Iberdrola y Gas Natural– han caído en el entorno del 4%, en línea con el Ibex, y aportan una rentabilidad superior al 5,5%.

A la caída general de la Bolsa ante la posible subida de tipos de interés y las correcciones que se están produciendo en todos los mercados, se une en el caso de estas empresas una incertidumbre normativa que no se reparte por igual. Se salva Repsol, y afecta más de REE y Enagás por contar, por un lado, con más activos regulados, así como a Endesa e Iberdrola por las divergencias generalizadas con el ministro Nadal, también sobre cómo pueden abordar el cierre de centrales.

Enagás, REE se ven afectadas también (ya se percibió el pasado año) por la subida de la rentabilidad de los bonos, que las lastra por la competencia que esos activos suponen, además que encarecen sus emisiones y reducen los márgenes.