Benjamín Craig, pintor impresionista casado con Elsa, hija de un industrial vasco, decide ir de Londres a París a vender sus cuadros. Y no regresa. Elsa, embarazada, decide buscarlo y descubre que su marido nunca fue a París. En su búsqueda, encuentra una fotografía de su verdadero padre, Arnaud, supuestamente muerto en un naufragio. Y un personaje omnipresente, el Armario del Tiempo, en la casa abandonada de sus padres en la costa cantábrica.

Las historias paralelas de Elsa y de Arnaud llenan 559 páginas de esta monumental obra sobre la memoria. “La sinfonía del tiempo”, editada por B (Penguin Random House Grupo Editorial), es muchísimo más que la crónica de dos historias de amor. Es también el retrato de la industrialización del País Vasco, de cómo la burguesía se transforma en oligarquía generando evidentes desigualdades sociales. Álvaro Arbina describe las condiciones de los trabajadores de los astilleros vascos y las vidas de sus familias, el ambiente oscuro, triste y deforme en el que tienen que sobrevivir, entre el dolor y la necesidad.

Y la historia de un ambicioso, Gabriel Zulueta, capaz de traicionar a su hermanastro y a todo el que se interponga en su camino hacia el éxito.

También aparece la Guerra de Secesión en EEUU, la segunda guerra carlista, el conflicto de Cuba, la guerra de los Boers, el tráfico de esclavos, el París de la Exposición Universal, los avances científicos e industriales, el acero, el telégrafo, la fotografía, el clima previo al estallido de la I Guerra Mundial. Desde la Belle Époque hasta la primera parte del XX pasan por las páginas de esta monumental novela.

El autor de “La mujer del reloj” sorprende con la crónica de una familia de la industria vasca que vive entre fantasmas, leyendas y obsesiones, de una joven escritora y periodista que trata de desenmarañar la misteriosa desaparición de su marido, de un científico (posiblemente, el personaje mejor logrado entre un largo elenco) que quiere descifrar la sinfonía oculta tras el curso de la historia.

Y lo hace narrando historias que esconden sorpresas en cada página, que obligan a seguir leyendo. Una novela en la que “los recuerdos despertaban con una nitidez hiriente”, donde “todo es tan real como inconcebible”, donde aparecen “retazos inconexos, como hojas desprendidas por el viento, que mezclaban presente y pasado”.

“La sinfonía del tiempo” es una reflexión sobre la memoria, a través de “una historia fantasma, que no cuenta la verdad, una historia tan embustera como cualquier otra”. Y que nos deja una gran lección: “jamás aprenderemos del pasado, la memoria es olvidadiza”.