Bienvenido a la Era de la Disrupción Digital

04/03/2018

Francisco Canos.

Disrupción” consiste en introducir una manera nueva de hacer una cosa antigua. Si esta “disrupción” es exitosa, no sólo cambia la manera de hacer esa antigua actividad. Sus efectos secundarios pueden llegar a provocar cambios en otras actividades relacionadas. Incluso, posibilitar actividades nuevas que antes no era posible implementar.

“Disrupción” es el término equivalente al anglosajón “disruption”, que en su forma verbal significa textualmente: “To prevent something, especially a system, process, or event, from continuing as usual or as expected”. Es decir, impedir que algo, especialmente un sistema, proceso, o evento, continúe de manera habitual o como se venía haciendo.

Esto no es nuevo. Un gran disruptor de la antigüedad fue…la rueda. Ya se transportaban cosas antes de su aparición, pero hay que reconocer que hubo un antes y un después. Lo que caracteriza a esta era disruptiva es que es digital.

Un ejemplo práctico: Uber o Cabify. Todos sabemos el efecto que están teniendo de manera directa en el mundo del taxi. Sin embargo, no es tan obvio percibir que su manera diferente de realizar la actividad también tiene efectos en otras áreas. Es famoso el caso del Aeropuerto de San Francisco.

Los responsables del aeropuerto necesitaban tener controlados a los taxis tanto por seguridad como para poderles cobrar por estar en su recinto. Para ello instalaron unos transpondedores en los taxis “oficiales” que “avisaban” cuando estaban en la zona del aeropuerto.

Al entrar en escena los vehículos Uber la historia cambió. No se les podían poner transpondedores ya que eran vehículos privados. Tenían que pensar en algo nuevo o su seguridad/negocio peligraría. Una disrupción (Uber) implicó la necesidad de otra disrupción (Aeropuerto). ¿Cómo? Mediante una idea ingeniosa. Aprovechar que todos los Uber utilizan su aplicación con el GPS conectado para poder ser localizados por los posibles clientes. Las autoridades aeroportuarias, crearon un sistema que se denomina “geo-fence” o frontera geográfica digital alrededor de la zona aeroportuaria que delataba a los Uber a través de su GPS cada vez que cruzaban ese perímetro. Esta tecnología de frontera-geográfica-digital (“geo-fence”) en una u otra versión es la que utilizan redes sociales como Twitter para mostrar cuales son los “trending topics” en una zona geográfica seleccionada, o Google cuando nos indica la congestión de tráfico en un determinado sitio en tiempo real.

Como vemos, una disrupción no sólo cambia un sector, sino que a modo de las ondas que genera una piedra arrojada en un estanque, puede cambiar otros sectores no relacionados directamente. Cuanto mayor es la disrupción, más lejos llegan las ondas del cambio.

Detrás del concepto de disrupción digital se esconden las dos armas de mayor poder de disrupción masiva que ha visto la humanidad hasta hoy. Por un lado, la velocidad del cambio y por otro la capacidad de crecimiento o escalabilidad.

Velocidad del cambio. Una manera de ver lo anterior es a través de sus efectos. Uno abre la página de Forbes y sale la típica cita del día, adivinen la de hoy (traducida): “Se disruptivo y piensa en grande, si no lo has hecho, ya has fallado”. Uno mira el tiempo que históricamente se ha tardado en llegar a ser grande. Hoy en día se le llama Unicornio a la empresa que supera el valor de 1,000 millones de dólares (“1 billion dollars”). Antes se tardaban décadas en llegar. Hoy en día hay compañías que de cero llegan a ser Unicornios en sólo unos meses. Jet.com lo hizo en cuatro meses, allá por el 2015. Por rápido se entiende menos de dos años. Xiaomi lo hizo, Snapchat tardó un poquito más. Facebook o WhatsApp también.

Escalabilidad. La disrupción digital es global. Sólo hay que ver la distribución de los Unicornios a nivel mundial. Una reflexión, Europa parece un páramo. Vivimos la era de la disrupción digital. De eso ya no hay ninguna duda. El reciente WMC de Barcelona lo ha reafirmado en el mundo de la tecnología de comunicaciones. No hay nada esencialmente nuevo, pero si la implementación de las ideas disruptivas. Ya se ha realizado las primeras llamadas 5G. ¿Qué implica esto? Rapidez y ausencia de latencias. Rapidez se visualiza en que se pueda descargar un fichero de 1 GB (p.ej. una película en HD) en ¡un segundo! La latencia es el tiempo que se tarda en que un paquete de datos vaya de un punto a otro. En términos de red, cuánto tarda una información en ir desde el emisor al receptor y volver. Si es mínima, cercana a nula, se podrán realizar intervenciones quirúrgicas a miles de kilómetros o favorecer la pronta llegada del coche sin conductor.

Reconocer la disrupción digital es algo fundamental. Separar el grano de la paja es un arte. En inglés sería distinguir entre “disruption” y “fad” que vendría a ser algo así como “de moda” y con vocación de pasajero. Las Google Glass o el Pokemon Go serían “fads”. Las famosas tablets, bien en versión iPad o Android, sí que han sido disruptivas. Han cambiado tanto su propio mercado como el de otros (ordenadores de sobremesa, portátiles, desarrollo de aplicaciones, etc.) y sobretodo cómo la gente interacciona con la tecnología, creándose todo un ecosistema que antes no existía.

Esa es precisamente la diferencia entre “disruption” y “fad”. Mientras el primero en un momento dado cambia completamente su mercado e incluso otros, lo segundo no. Otro ejemplo sería Netflix, que está siendo a la industria del medio audiovisual lo que la televisión digital fue a la analógica. Les anticipo otro que está por venir y que tiene que ver con el mundo de las apuestas. Las apuestas online se cargaron a la quiniela. Hoy en día están llegando las llamadas “super-live-bets” que dicen van a acabar con las apuestas online. Son apuestas (dinerarias o no) en tiempo real en función de lo que va sucediendo por ejemplo en un partido de fútbol. Imaginemos un saque de falta directa, ¿será gol o no?; un ataque, ¿acabarán chutando a portería o no?, etc. Aunque sea difícil de ver la relación, algunos de los algoritmos que hay detrás de estas “super-live-bets” provienen de detectar dónde va a caer un misil una vez ha sido lanzado. Cosas de la sinergia disruptiva.

En esta nueva era tendrán cabida dos grupos, los creadores y los implementadores. No todo el mundo tendrá la capacidad de crear disrupción, pero aquellos entornos en los que esto se fomente crearán fuentes de riqueza directa a su entorno como ya estamos viendo en la distribución de Unicornios a nivel global. Es importante también la figura del implementador. Subirse al carro lo antes posible identificando los caballos ganadores, es decir, separando los “disruptors” de los “fads”, es casi tan importante como crear la disrupción. No en vano, las aplicaciones que se desarrollan gracias a las disrupciones digitales generarán suculentos beneficios a quienes sepan seguirlas y aplicarlas.

Para finalizar, una última reflexión. Lo que no habrá es cabida para los que se pongan de perfil, para los que crean que esto no va con ellos o que es una moda pasajera. Como dice algún informe de McKinsey, “crecer rápido o morir lento”. Los que miren hacia atrás se convertirán en estatuas de sal. Al tiempo.

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