El pacto franco-alemán para rescatar a Grecia aleja la presión de los mercados

17/06/2011

Maite Vázquez del Río. Todavía no se han puesto fechas, aunque los dos mandatarios aseguran que las decisiones se adaptaron "lo más rápido posible". Ahora la "pelota" está en el informe que BCE, FMI y UE elaboran sobre los ajustes griegos.

Toda causa tiene su efecto, y nada más que Angela Merkey y Nicolas Sarkozy anunciaran que se habían puesto de acuerdo sobre el segundo rescate griego, los mercados han dejado de presionar a la deuda soberana de los países más débiles, incluida la española, que llegó a elevar su prima de riesgo a niveles históricos de 290 puntos básicos.

Pero tras varias semanas de dudas, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han “forzado” el acuerdo para solucionar la crisis de Grecia, al ver las orejas al lobo de poner en peligro la propia existencia de la moneda única. A todas luces, parece que Merkel ha tenido que ceder y frenar sus pretensiones (había anunciado que tomaría la decisión en septiembre), pero éste es un mal menor si se quiere alejar a la eurozona del punto de mira de los mercados.

Por este motivo, Merkel y Sarkozy comparecieron ante los medios de comunicación asegurando que comparten la misma salida al problema griego: la participación del sector privado de forma voluntaria al segundo rescate del país heleno, que necesita con urgencia cerca de 70.000 millones de euros, ante los vencimientos que se le avecinan en julio.

Grecia, mientras tanto, sigue arreglando sus problemas internos, marcando a marchas forzadas sus medidas de ajuste, incluido el más ambicioso plan de privatizaciones que ha vivido la isla. Ha cambiado a su ministro de Finanzas, ya que el primer ministro, Yorgos Papandreu, ha optado por Evánguelos Venizelos, un histórico del gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) que ocupaba la cartera de Defensa para el Ministerio de Finanzas y una de las dos vicepresidencas. Un movimiento necesario para que el partido de la oposición acepte integrar un “gabinete de unidad nacional”. De esta forma, junto al acuerdo Berlín-París han descartado definitivamente la reestructuración forzosa helena.

Todas estas maniobras a contrarreloj han dejado un mensaje claro a los mercados: el euro está a salvo y el acuerdo trae confianza para que los mercados dejen de presionar. Y lo han hecho, como lo demuestra la estabilización de la deuda soberana española, que bajaba hasta los 270 puntos básicos (mientras el presidente del Gobierno aseguraba que “España no está en riesgo”), aunque otros países han salido peor parados, como la rentabilidad de la deuda portuguesa, que se ha situado en un más que elevado 11%. Las bolsas europeas han reaccionado a tiempo y cerrado con fuertes subidas, después del estrepitoso descalabro de esta semana.

Lo demás son compromisos para allanar el camino a fin de que el BCE (Banco Central Europeo), FMI (Fondo Monetario Internacional) y las autoridades comunitarias diseñen el rescate. Merkel y Sarkozy han subrayado que, a partir de ahora, se debe actuar con toda la celeridad posible.

Ante estas prisas, todo parece indicar que este fin de semana los ministros de Finanzas de la euro zona alcanzar un acuerdo, que deberá ser asumido por el Consejo Europeo, previsto para la próxima semana.

Participación privada

Como inicialmente se había hablado, en el rescate griego participará el sector privado de forma voluntaria, alejando el temor de la reestructuración forzada que pondría en jaque al resto de los países del euro y, en especial, a sus respectivos sistemas financieros, y llevaría a Grecia a la bancarrota, conocida en términos económicos como “default”. El efecto arrastre iría directamente contra los bancos alemanes y franceses que son los mayores tenedores de deuda griega, aunque también se vería el propio BCE comprador también de la deuda soberana helena.

La determinación de Sarkozy y Merkel ha sido garantizar que cualquier paso que se dé será en coordinación con el BCE. Aún no se han fijado fechas, aunque septiembre –como decía inicialmente Alemania- sería demasiado tarde para actuar.

Ahora todo está pendiente del informe que elaboran el BCE, el FMI y la propia UE sobre los ajustes que está realizando Grecia, que servirá para recibir el quinto tramo del primer rescate (18.000 millones) con el que  podría pagar todos los vencimientos que tiene hasta el próximo mes de septiembre.

Tras el acuerdo germano-francés, la Comisión Europea también ha lanzado sus propios mensajes, tanto al Gobierno griego como a los gobiernos del resto de los países. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de todos los líderes europeos para que se cumplan todos los pasos necesarios que encarrilen el problema griego, aunque Durao Barroso, ha precisado que las señales deben surgir de Grecia sin más sobresaltos.

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