Ahora con la aprobación de la oferta pública de adquisición (opa) lanzada por ACS –Hochtief por Abertis se abre un nuevo escenario, que no es precisamente el que se esperaban los accionistas de la empresa de autopistas. Los grupos, hasta hace escasas fechas competidores, han abierto un vía intermedia para evitar que la pugna les haga poco rentable la operación, y que el posible vencedor se pudiera haber  convertido en el perdedor. Y con una fórmula que no levante la oposición del Gobierno que tiene que volver a aprobarla.

Todo apunta a que el movimiento ha partido del presidente de ACS, Florentino Pérez, que, además del interés por Abertis, cuenta con una prioridad: no deteriorar el balance de la empresa de infraestructuras y conservar el investment grade. La Bolsa había castigado el valor, pese a que lució un fuerte recorte de deuda en 2017, tema que en un grado u otro conocían los gestores de las entidades de inversión colectiva, que son los que marcan la marcha de la Bolsa.

Ahora, con independencia de lo que decida La Caixa (primer accionistas de Abertis), los fondos y los minoritarios se enfrentan qué hacer cuando se ultima el pacto ACS-Atlanta que conlleva el lanzamiento de una nueva oferta. La mayoría de los analistas y expertos recomiendan vender las acciones, ya que, si bien la propuesta conjunta no puede bajar del precio ofrecido y ya aprobado por la CNMV, todo apunta a que consistirá en un a mezcla de dinero, acciones y bonos. Y, en su opinión, es mejor coger el dinero e irse. En cualquier caso no ascenderá a los 20 euros que se intuía que pagase Atlantia para competir con ACS.

ACS valoró la empresa que dirige José Aljaro en 18.600 millones de euros y a los accionistas les ofrecía 18,76 euros por título. No obstante de este precio se iba a  descontar el dividendo de 0,40 euros que está previsto pagar el 20 de marzo, con lo quedaba en 18,36 euros.

Medios consultados señalan que ahora una vez se suscriba la creación de una sociedad conjunta, ésta realizará la nueva oferta (de momento, la tercera), aunque el reparto del poder es una cuestión de difícil encaje. Al Gobierno han garantizado que Abertis no se fragmentará, que tendrá la sede en Madrid y cotizará en la Bolsa española. Ahora, por oro lado, el grupo italiano tiene vía libre para retirar la opa inicial.