Mucho cambios en lo que se decanta la recta final de la operación de toma de control de Abertis con el pacto de ACS y Atlantia: como marca la ley pagarán al menos la cifra ofrecida por la última y mejor oferta, que ha sido la lanzada por ACS, con lo que se hace por 18,3 euros (una vez descontado el dividendo), pero han elegido pagar en metálico (y no con acciones) para evitar problemas con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y con los fondos accionistas de la concesionaria, pero básicamente por la forma dada al pacto. Se trata de una reformulación de la oferta de Hochfief-ACS.
El acuerdo va a suponer el reparto casi al 50% de la sociedad que controlará Abertis (si bien Atlantia tendrá el 50% más una acción), con lo que no hay espacio para otros accionistas.
En cuanto al futuro, todo indica que acabará siendo repartida entre la constructora que preside Florentino Pérez y la empresa italiana en un plazo de menos de cinco años. El grupo transalpino nombrará al consejero delegado, que será el hombre clave en la gestión y llevará la política industrial, mientras que la empresa española elegirá al presidente. La sede continuará en Madrid.
El Gobierno se ha mostrado en contra de la fragmentación de la empresa y reparto de los activos, pero parece que es el futuro que le espera, como tarde, a partir de 2022. Además en algunas áreas, como es la que corresponde a la filial francesa Sanef (el activo más deseado) no tiene potestad.
Ese año no es casual, dados los conflictos que Abertis mantiene con el Ministerio de Fomento, entre ellos, la solicitud por parte de la empresa que dirige Salvador Alemany de 2.500 millones de euros para compensar el tráfico perdido, en su opinión por decisiones de la Administración, en Acesa y Aumar. Queda además por conocer qué hará la Administración cuando vayan concluyendo la vigencia de las concesiones.
Ahora, una vez que ya Atlantia ha retirado su opa, la nueva sociedad tiene un mes para reformular la opa de ACS-Hochtief (no habrá una nueva). La operación, según medios consultados, tendrá que volver a pasar por el Gobierno, que no ha logrado la solución que deseaba y que llegó a promocionar una respuesta a los italianos. El peso que en la deuda y previsiblemente en el rating podría tener la opa a Abertis para ACS ha propiciado esta salida pactada, en la que Abertis no va a ser la filial ni de la española ni de la italiana, sino que acabará siendo repartida entre los dos ‘antiguos’ rivales. Y en el que Atlantia se queda con algo más de poder que su ya socio.
El acuerdo incluirá la entrada de los italianos en el capital de Hochtief, la filial alemana de ACS, tema que se une a que la financiación, al ser compartida, no suma en su totalidad en el balance del grupo de Florentino Pérez.
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