Las oportunidades laborales se canalizan a través de nuevos modelos, como el BPO

19/03/2018

Silvia Lozano, de Ayming. Crece la externalización de servicios de Business Process Outsourcing.

‘Madrid’, por M. Peinado, modificada (CC BY 2.0)

El último libro del periodista estadounidense Franklin Foer, titulado Un mundo sin ideas, aborda los llamados monopolios de nuevo cuño, el de las big tech y Silicon Valley. El autor describe la influencia de empresas como Google o Facebook en la bajada de salarios. Son de alguna forma monopolios de una nueva escala. Nos enfrentamos al concepto de monopsonio o único comprador, donde el trabajador tiene poca capacidad de negociación en un mercado cada vez más concentrado y el poder de decisión de los sueldos lo tiene la empresa. Este término ha irrumpido en la actualidad estadounidense a partir de la investigación realizada por un profesor español del IESE Business School y de la Universidad de Navarra, José Azar, que junto a Ioanna Marinescu y Marshall I. Steinbaum acaban de publicar una investigación que muestra que la concentración empresarial estadounidense ha provocado que los sueldos se hayan estancado en las últimas décadas.

Y así llegamos al concepto de Gig Economy. Un gig es, según el argot del jazz, un compromiso musical por el que se contratan músicos para actuaciones puntuales, por lo que la expresión de Gig Economy se asemejaría a la expresión Freelance Economy. En este sentido, las grandes corporaciones de tecnología han acumulado un enorme control sobre los mercados. Si bien convivir con grandes corporaciones nos aporta por un lado eficiencias importantes, parece que la Gig Economy es tan sólo una fase en nuestro desarrollo como sociedad, pues el futuro inmediato se dirige hacia la era de los automóviles sin conductor, la automatización de los trabajos y su reemplazo por la inteligencia artificial. Y no es que no vaya a haber trabajo en el futuro, es que las oportunidades en el mercado laboral se canalizan ya a través de nuevos modelos, como la externalización de servicios a través de empresas especializadas en el Business Process Outsourcing (BPO).

Menos contratos y más subcontratación
Aumenta notablemente la concentración empresarial, también en España, donde el mercado de fusiones y adquisiciones se disparó en 2017. En el mercado laboral español, la reforma de la negociación colectiva de 2011 reforzaba los convenios de las empresas, confiriéndoles un mayor poder de mercado. Los sueldos más altos se ofrecen en las grandes empresas, por lo tanto, en España, probablemente el problema sea que está más polarizado entre las grandes y las pymes. En su último ensayo sobre la clase media, la francesa Nathalie Quintane afirma: “Nos convencen de que tener trabajo es tan raro que no deberíamos querer un sueldo”, y comenta que las clases medias creían en el trabajo y pensaban que su éxito lo habían conseguido gracias a sus méritos. Desgraciadamente, hoy día, cuando no hay trabajo, este planteamiento ya no es válido. De hecho, aumenta de forma imparable la externalización de servicios. Mientras hay profesionales preparados y con experiencia, que están dispuestos a trabajar con flexibilidad, cada vez más empresas de todos los sectores ya no contratan profesionales especializados, prefieren la externalización de servicios a través de empresas especializadas en BPO. Así, crece la subcontratación de una parte de los procesos de negocio a un proveedor de servicios especializado, lo que facilita a las empresas focalizarse en su core business y conseguir así importantes ventajas competitivas. La evolución del outsourcing comenzó desde tareas transaccionales hasta acabar con procesos de negocio completos de las diferentes funciones: recursos humanos, servicios financieros, administrativos, contables, atención al cliente, logística, formación, IT, compras, etc.

¿Por qué las empresas contratan servicios de BPO? Las razones son muy variadas: reducción de costes, mejoría de la calidad del servicio, transformación del negocio, mayor facilidad de acceso a recursos y mejor alineamiento con el negocio. Y hay nuevos motivos, especialmente por parte de los departamentos de compras: la necesidad de crear estructuras dinámicas, flexibles y adaptables a los cambiantes entornos actuales, en cuanto a las formas de hacer negocio y prestar servicios; una mejor planificación; la garantía de disponibilidad y gestión de recursos de todo tipo, incluidos los humanos y tecnológicos, a un coste predecible; la mejora continua y la especialización del servicio, al contar la empresa que presta el servicio de BPO con profesionales muy formados; financiar las inversiones e incrementar el control sobre la actividad; simplificar la gestión, flexibilizando la operativa, etc.

Dos de los departamentos que más solicitan servicios BPO son el de compras y el financiero. Ante picos de trabajo, cambios legislativos, etapas de fusión, adquisición y/o transformación empresarial, incluso ausencias prolongadas, las empresas concentran su departamento de compras en áreas estratégicas y clave, apoyándose en los BPO para incorporar “manos adicionales formadas” y sacar adelante el día a día, proyectos, etc. Según estimaciones de Ayming, han crecido un 30% en España las peticiones de servicios BPO por parte de los departamentos de compras. En el ámbito del Working Capital, lo que más externalizan las empresas es la gestión de pedidos, facturación, cuentas por pagar y a cobrar, gestión de riesgos, de incidencias, contabilidad, inventario, certificación de deuda pública, seguimiento y recuperación de las garantías, tareas de back office del departamento, reporting, etc. La especialización es muy importante a la hora de elegir un proveedor de BPO, pues se ha de convertir en auténtico socio para conseguir la eficiencia que necesitan los clientes.

Ahorros del 23%
Si nos preguntamos qué valor puede tener un servicio BPO para compras, el ahorro conseguido para los clientes ronda el 23%. Es importante tener en cuenta que no todos los BPO son susceptibles de traer ahorros. Sin embargo, y como reflexión que incluye a los departamentos de compras, sugeriría hacer un cálculo rápido sobre los recursos que debe destinar la empresa para lograr un euro de EBIT (beneficio antes de intereses e impuestos, por sus siglas en inglés) en el topline (marketing, descuentos comerciales, medios, equipo comercial, apoyo sell- out, estructura financiera, estructura overhead), y cuánta inversión se requiere para obtener también un euro de EBIT por la parte de compras (equipo humano & overheads).

Las empresas españolas han encontrado en la externalización de servicios el modelo a seguir para ser más competitivas. Se trata ya de un fenómeno imparable y positivo para aquellos profesionales dispuestos a desarrollar todo su potencial en entornos cambiantes de negocio.

 

Silvia Lozano Tobías, mánager en Ayming.

Silvia Lozano Tobías es manager del Departamento de Operations Performance (compras) en la consultora Ayming.

Más información
⇒ Seguir en Twitter a Ayming (@ayming_es)  y a Silvia Lozano Tobías: @silvialozano

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