Augurios opuestos

01/04/2018

Josep M. Orta.

El juez Llarena tenía la obligación de reclamar la extradición de los políticos catalanes encausados y que en lugar de atender sus citaciones se dispersaron en diversos países europeos. Tras la euroorden los tribunales alemanes, británicos, belgas y suizos se han puesto en marcha así como la internacionalización del conflicto catalán.

Muchos -unos de una manera más ostentosa, otros más discretos- han celebrado la detención por la policía alemana de Carles Puigdemnont. Tanto en los sectores constitucionalistas como en los nacionalistas son conscientes que ahora se afronta el “primer momento” de la verdad. Los jueces de diferentes países tendrán que pronunciarse sobre la petición de los juzgados españoles y unos y otros temen un revés que bien dejaría desarmada la justicia española o incidiría en la línea de flotación de los nacionalistas.

Si uno observa la visión que ofrecen tanto medios gubernamentales como la mayoría de la prensa nacional dan por hecho que el presidente de la Generalitat llegarán esposado a Madrid y le seguirán los otros consejeros exiliados. Esperan el aval de los tribunales europeos a la actuación del juez Llarena. Las noticias que se ofrecen de la situación son muy selectivas y sólo destacan las que favorecen a sus pretensiones.

La cara opuesta en lo que sucede en los medios catalanes donde los más oficialistas se limitan a dudar sobre el resultado final de la resolución de los tribunales europeos y los más próximos al nacionalismo dan por hecho que Europa denegará la extradición y buscan insistentemente declaraciones de políticos europeos, juristas y artículos de prensa -a parte de los abogados de la defensa- partidarios que no se atienda la requisitoria de la justicia española.

De momento la imparcialidad brilla por su ausencia. Ante unos mismos hechos los análisis, las interpretaciones y evidentemente las conclusiones que unos y otros llegan son interesadamente antagónicas. Cada uno quiere llevar el agua a su molino pero en ambos bandos existe el gran temor de que sus tesis sufran un gran revés.

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