La probabilidad de conflicto entre las grandes potencias es la más alta desde la Guerra Fría

14/04/2018

Miguel Ángel Valero. La "creciente rivalidad geopolítica" entre EEUU, Rusia y China y "un déficit de liderazgo en la diplomacia internacional, contribuye al riesgo continuado y creciente de un conflicto armado", advierte un estudio de Aon. // Mapas de Riesgo 2018 sobre Terrorismo y Violencia Política y Riesgo Político

Los Mapas de Riesgo 2018 sobre Terrorismo y Violencia Política y Riesgo Político, elaborados por el grupo de consultoría de riesgos y correduría de seguros Aon, en colaboración con Continuum Economics y The Risk Advisory Group, advierten que la probabilidad de que se produzca un conflicto entre Estados que involucre incluso a las grandes potencias está en su punto más alto desde el final de la Guerra Fría.

«La creciente rivalidad geopolítica, lo que el Gobierno de los Estados Unidos ha denominado “revisionismo” ruso y chino, y un déficit de liderazgo en la diplomacia internacional, contribuye al riesgo continuado y creciente de un conflicto armado. Esto significa que los países más vulnerables se enfrentan a un mayor riesgo de violencia política internamente, y están expuestos a una mayor inestabilidad proviniente de los conflictos armados», argumenta Henry Wilkinson, Head of Intelligence & Analysis de The Risk Advisory Group.

«Las tensiones entre Rusia y Occidente aumentan los riesgos de disturbios, divisiones políticas e inestabilidad, e incluso los conflictos. La amenaza terrorista también persiste, aunque la amenaza global del Estado Islámico parece estar disminuyendo», añade.

«El riesgo de una escalada delibertada e involuntaria sigue siendo elevado, mientras que las potencias de EEUU, Rusia, Irán, Turquía y los países del Golfo persiguen objetivos en conflictos activos, particularmente en Siria», subraya el informe. En la Península de Corea, las tensiones durante el 2017 también han creado un alto nivel de riesgo de conflicto, y existe un peligro de guerra entre el Norte y el Sur a pesar de algún compromiso diplomático en los primeros meses del año.

«Nuestro análisis muestra un aumento de los riesgos estratégicos que van desde el deterioro de la gobernanza en ciertas regiones al de la postura combativa que determinados Gobiernos están dispuestos a adoptar. Los Gobiernos populistas de tendencia progresista han aumentado el potencial de disidencia interna y nacional, así como los conflictos transfronterizos, resultando en incidentes violentos que afectan a áreas más amplias», explica Victoria Ambrona, directora de Crisis Management de Aon España.

Impacto sobre el turismo

El número de ataques terroristas en los países occidentales en 2017 (204) ha duplicado los perpetrados en 2016 (96), aunque la cifra de víctimas se mantiene en niveles similares. Distintas zonas en guerra en todo el mundo siguen actuando como “incubadoras” para el terrorismo internacional, insiste el informe

En particular, el sector turístico está teniendo que gestionar los riesgos derivados de los mayores niveles de terrorismo, constituyendo un objetivo enormemente atractivo para éste. En 2017 hubo al menos 35 ataques terroristas que afectaron directamente a sectores comerciales críticos para la industria turística, como hoteles y resorts, discotecas, aviación civil o atracciones turísticas.

Más conciencia sobre la exposición a las amenazas

Todo esto se traduce en que «estamos observando un aumento en la demanda internacional de coberturas de riesgo político» por parte de las empresas, especialmente para proyectos en África y América Latina, señala el informe. Como resultado de los conflictos regionales, sanciones y bloqueos, las compañías han aumentado su concienciación sobre su exposición a riesgos políticos y por ello, buscan protección para sus proyectos en países como Qatar, Arabia Saudí, Yemen, Rusia, Turquía y Ucrania.

Además, «el persistente proteccionismo en negocios e inversiones añadirá probablemente mayor complejidad a los intercambios internacionales, limitando el crecimiento de la economía global y del comercio, afectados por episodios de volatilidad en los mercados».

«Está aumentando globalmente el riesgo de interrupción de cadenas de suministro, lo que está suponiendo una preocupación incluso para los países más fuertes, que tienden a ser
dependientes de las importaciones», señala Paulina Argudin, directora de Country Risk Model de Continuum Economics.

«El riesgo de ruptura de cadenas de suministro en muchos países se ha visto intensificado tanto por las perturbaciones climatológicas como por situaciones fiscales debilitadas», subraya el informe.

Esta interrupción de la cadena de suministro, que dificulta, e incluso puede llegar a paralizar, la actividad normal de una empresa puede deberse a una catástrofe natural (huracanes, terremotos), o a ataques terroristas, ya sean físicos o cibernéticos.

Retraso de las reformas

Los riesgos políticos en Latinoamérica se están incrementando de cara a una complicada temporada de elecciones que está suponiendo el retraso de grandes reformas en Brasil y avivando el temor de una revocación de las reformas en México. Los grandes países están en riesgo de que resulten elegidos Gobiernos populistas, mientras que los pequeños están experimentando también su parte de revuelo político.

La región que está experimentando mayores empeoramientos de sus calificaciones de riesgo es África. Los actuales conflictos entre países, el desgaste de los Gobiernos democráticos y los cada vez más frecuentes escándalos de corrupción han conducido a una mayor violencia política. Grupos como el Estado Islámico o Boko Haram se están aprovechando de la fragilidad de las instituciones y las fronteras.

En Oriente Medio se sitúan algunos de los países con mayor riesgo del mundo: Irak, Siria, Yemen y Egipto. La inestabilidad y la violencia en la región han salpicado a los países vecinos, impactando negativamente en el comercio y el turismo.

Por otra parte, las conexiones comerciales de los países asiáticos han cambiado su foco desde EUU hacia China. Esto es debido al desarrollo económico de China y a su irrupción como un gigante comercial. Con el crecimiento de China, las exportaciones de Asia a EEUU han descendido desde el 23% del total en el año 2000 a cerca del 12%. De la misma forma, las exportaciones de Asia a China se han duplicado ampliamente durante la última década hasta el 23% actual.

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