“El esposo le dice a su mujer: María me han dicho que me la estás pegando con el filósofo del pueblo. La mujer contesta: falacias amor, eso son falacias”.

«-¿Qué le pasa a equis si tiende a infinito? -¿Qué le pasa? -¡Qué infinito se seca!”

«-¡Papá, papá! ¿Cuánto cuesta casarse? -No tengo ni idea, hijo. Todavía no terminé de pagar las consecuencias”.

Son tres muestras de los chistes que se pueden encontrar en ”El protocolo del humor”, obra de Iñaki Marañón, que es el nombre artístico del escritor, poeta, monologuista, actor, sociólogo y experto en Relaciones Públicas y Comunicación Ignacio Peláez. Se trata, según confesión propia, del primer manual de bolsillo en español que trata sobre cómo aprender y enseñar los distintos elementos que configuran el humor.

El libro tiene su historia, y no es precisamente de risa. El autor terminó la obra hace dos años, tiempo que dedicó a recorrer sin éxito editoriales que aceptasen publicar su trabajo. Tuvo que recurrir al crowfunding para financiar la edición de su obra, que finalmente fue editada por Hades.

El planteamiento de este manual es que el humor es una cuestión muy seria, que se puede entrenar y que hay que saber cómo y dónde utilizar. «Bromear es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje”, nos enseña LinYutang, escritor (tiene una magnífica obra sobre “La sabiduría de Confucio”) y filólogo chino.

Porque, como escribe Georg P. Burns, “quien no hace reír es un cómico, quien nos hace pensar, y luego reír, es un humorista”.

Es una de las muchas citas que aparecen en “El protocolo del humor”. Sólo por ellas ya merece la pena leer esta obra. Porque muestra que gente muy seria, como filósofos, psicoanalistas y hasta políticos, es capaz de reflexionar sobre el humor.

“El buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad”, opina William M. Thackreay. ”La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son”, reflexiona Winston Churchill. ”“El humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”, aporta Sigmund Freud.

”El secreto del humor es la sorpresa”, apunta nada menos que Aristóteles.

”El protocolo del humor” abunda en reflexiones y consejos. El más importante es; ”ríete de tus propios errores antes que de los errores de los demás”. Pero sobre todo invita a la risa: ”Ríete el resto de tu vida, de ti y con los demás, con respeto y educación, pero ríete. Es el único consejo que te doy, porque es el único con el que sé que no me equivoco. Cuando las cosas te vayan bien, ríete de alegría, y cuando vayan mal, ríete para espantar la desgracia. Como dijo uno de los más grandes personajes del siglo XX, y de esto sabía un rato, “A fin de cuentas, todo es un chiste” Charles Chaplin”.