El Ministerio del Interior fijó inicialmente en 431 los policías heridos en el referéndum del 1-O. Ahora el Gobierno, en respuesta parlamentaria, fija en 111 los lesionados de los cuales diez tuvieron que coger la baja. En la hemeroteca está las declaraciones que hicieron aquellos días los responsables de Interior.

El Gobierno y los partidos del tripartito celebraron la detención de Carles Puigdemont y sus consejeros primero en Bélgica y el ex president posteriormente en Alemania. Daban por segura su extradición, y esta como mínimo está en el aire. Los tribunales de Alemania, Bélgica, Suiza y Gran Bretaña de momento les han dejado en libertad con medidas cautelares y han requerido más pruebas a los jueces españoles.

El Ejecutivo de Rajoy ha impedido reiteradamente la formación del Gobierno vetando los derechos de los candidatos como antes vetaron su participación en la campaña electoral. Estas medidas, desde la aplicación del artículo 155 hasta la destitución del presidente de la Generalitat están recurridas ante el Tribunal Constitucional, que se toma su tiempo antes de dictar sentencia, como también aplaza los numerosos recursos -con suspensión preventiva- que ha realizado el Gobierno contra la Generalitat, y que ha creado situaciones irreversibles como ha sido la dimisión de varios diputados.

Por otra parte los informes de la Guardia Civil -que para los jueces tienen presunción de veracidad- parece que son manifiestamente mejorables según las filtraciones que se van conociendo. Es más, siguen realizando registros en busca de pruebas, lo que permite deducir que las que tienen para sustentar su relato son deficientes.

Las acusaciones de rebelión, según los constitucionalistas, parece que son difíciles de mantener y que la interpretación que los jueces hacen de la ley es excesiva. Para colmo, los responsables de fiscalizar las finanzas de la Generalitat aseguran que no se ha destinado ni un euro público para financiar el citado referéndum, con lo que la acusación de malversación de fondos públicos se debilita considerablemente

Son muchas las dudasque se plantean y la credibilidad de las afirmaciones de muchos ministros es más que dudosa. No está claro que alguien no se pille los dedos más de la cuenta. Mientras, en Catalunya, no parece que la causa independentista se debilite, más bien al contrario.