Las mujeres no suponen la mitad de los ocupados en ninguna región española. Sin embargo, la tasa de paro de hombres y mujeres ha llegado prácticamente a igualarse en seis comunidades autónomas, según se destaca en un informe de la fundación Fedea con datos de la encuesta de población activa (EPA) correspondientes al primer trimestre de 2018.

El informe señala tres regiones que, a pesar de la recuperación, permanecen “estancadas” en unos “bajos” niveles de ocupación, como son Andalucía, Asturias y Extremadura. En el otro extremo se sitúan Madrid y Cataluña, las comunidades con mayor dinamismo y menor peso de la inactividad, señala este observatorio.

De hecho, un 53,3% de los madrileños y catalanes están ocupados; mientras que, por el contrario, en Extremadura apenas trabajan cuatro de cada diez personas en edad de hacerlo, indica el barómetro laboral de este centro de pensamiento económico.

Miméticamente, la tasa de paro también refleja una gran polarización en el mercado de trabajo español, con dos regiones, Andalucía y Extremadura mostrando “fuertes resistencias” a la baja; frente al rico norte configurado por Navarra, País Vasco, Aragón, al que se suma Madrid, con una tasa de paro “muy inferior” a la nacional.

Según recuerda el informe el número de ocupados creció en el último año en unas 435.000 personas, hasta superar los 18,87 millones de personas, el 48,7% de la población en edad de trabajar. Por su parte el número de parados descendió en el mismo período en casi 460.000 personas, a pesar de un incremento en el primer trimestre de casi 30.000 parados.

Convergencia por sexos

La recuperación ha traído la convergencia en el paro entre hombres y mujeres en algunas regiones, singularmente, Asturias, Baleares, Cantabria, Galicia, Madrid y País Vasco, donde las tasas de desempleo de hombres y mujeres son “relativamente similares”, especialmente en estos últimos años de recuperación.

En cambio, la mejoría económica ha llevado a otras regiones a divergir en este sentido. Así, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha son las comunidades donde la recuperación está beneficiando mucho menos a las mujeres que a los hombres, en términos de desempleo.

Aun así, las mujeres no alcanzan la mitad de las personas ocupadas en ninguna comunidad autónoma. En el norte, sin embargo, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo ha aumentado entre 6 y 8 puntos en los últimos años. También ha mejorado esta participación laboral femenina, en menor medida, en Cataluña y Madrid.

En cambio, en Extremadura y Murcia, la participación de las mujeres, que aumentó en la crisis por la pérdida de empleo masculino, está volviendo a disminuir con la llegada de la recuperación.

Jóvenes sin trabajo

Por edades, lo más jóvenes están mostrando la mayor resistencia a la hora de participar en la recuperación del empleo. En el otro extremo, los mayores de 45 años exhiben una participación creciente en el mercado de trabajo sobre todo de Asturias, Castilla y León, País Vasco y Cantabria.

Por sectores la EPA muestra también grandes diferencias en materia de empleadores. El sector servicios predomina en toda España. Pero el peso del empleo agrícola alcanza el 14% en Murcia. En Canarias en cambio, el sector servicios es prácticamente el único que ofrece empleo. La construcción en cambio se desploma en todo el Estado si bien se percibe un atisbo de recuperación en Baleares. Como es tradicional, en el norte, la industria sigue mostrando fortaleza en Narra y País Vasco.

Los parados envejecen

Un 17% de los ocupados trabajan a tiempo parcial en los territorios de Comunidad Valenciana, País Vasco y Navarra; mientras que apenas un 11,6% y un 13% lo hacen en Baleares y Castilla-La Mancha, respectivamente. El uso de la parcialidad aumentó ligeramente en la crisis, pero está cayendo en los últimos años, señalan.

Por último señalar que el colectivo de parados ha ido envejeciendo en las diferentes comunidades de forma “muy acusada”. “El caso más llamativo es el de Castilla y León donde el peso de los mayores de 45 años ha aumentado en 21 puntos porcentuales desde el inicio de la crisis, principalmente en detrimento de los de edad mediana”, indican.

“Destacar el repunte en la incidencia de los más jóvenes entre los desempleados en Cataluña, efecto contrario al encontrado en Madrid”, concluyen.