Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de combustibles fósiles crecieron en España un 7,4% en 2017, según los datos recogidos por la oficina estadística europea Eurostat. Esta cifra sitúa a España entre los países de la Unión Europea que más aumentó estas emisiones, en la cuarta posición. El crecimiento de la emisión de CO2 en toda la UE fue del 1,8% durante el año pasado.

Los únicos países que registraron aumentos superiores al de España fueron Malta (+12,8%), Estonia (+11,3%) y Bulgaria (+8,3%). Portugal las incrementó un 7,4% y Hungría y Rumanía, un 6,9%.

Por detrás se situaron Grecia (+4%), Polonia (+3,8%), Lituania y Eslovaquia (+3,7%), Francia e Italia (+3,2%), Austria (+3,1%), Eslovenia (+3%), Países Bajos (+2,3%), Luxemburgo (+1,8%), Chipre (+1,7%), Croacia (+1,2%) y República Checa (+1%).

En el lado opuesto, se registraron reducciones en las emisiones de dióxido de carbono en siete socios comunitarios: Finlandia (-5,9%), Dinamarca (-5,8%), Reino Unido (-3,2%), Irlanda (-2,9%), Bélgica (-2,4%), Letonia (-0,7%) y Alemania (-0,2%). Eurostat no aporta datos en el caso de Suecia.

Las emisiones de CO2 en España representaron en 2017 el 7,7% del total del bloque comunitario, la sexta mayor proporción. Alemania repitió como el país con más emisiones de la UE, con un 23%, seguido de Reino Unido (11,2%), Italia (10,7%), Francia (10%) y Polonia (9,8%).

Dentro de todo el bloque comunitario, las emisiones de dióxido de carbono aumentaron un 1,8% en comparación con 2016, cuando habían conseguido registrar una reducción del 0,4%. Estas emisiones son un componente esencial del calentamiento global y representan el 80% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE.