Renta Corporación, de compras inmobiliarias por los bancos y cajas

22/06/2011

Joan Carles Valero. Los gestores de Renta Corporación han comparecido ante la junta de accionistas con los deberes hechos de una refinanciación de la deuda con las entidades financieras, a quienes ahora volverán a visitar para formular ofertas por sus activos inmobiliarios.

La dirección de Renta Corporación reconoce que está negociando cuatro adquisiciones de patrimonios inmobiliarios en manos de entidades financieras después de haber alcanzado un preacuerdo con dos fondos de inversión anglosajones en una “joint venture” que cuenta con 50 millones de euros, de los que la española sólo aporta el 5% y la gestión. De esta forma, los gestores de Renta Corporación, que han realizado daciones por valor de unos 400 millones en pago de la deuda contraída con el sector financiero, mantendrán sus relaciones con los bancos y cajas pero ahora para comprarles activos inmobiliarios tanto en el sector terciario como residencial. En suma, se trata de un recorrido de ida y vuelta que es posible porque “no hemos dejado heridos” y porque la relación para refinanciar la deuda ha sido “profesional”.

El objetivo de la inmobiliaria catalana es centrarse en los mercados de Madrid y Barcelona y realizar más de 30 operaciones anuales, mayoritariamente en el sector residencial, siguiendo su modelo de rehabilitar para luego vender los activos. También buscará captar la gestión de carteras inmobiliarias de entidades financieras (actualmente ya tiene una en Barcelona y tres en Madrid).

El consejero delegado de la compañía, Juan Velayos, ha rehusado revelar la identidad de los fondos anglosajones, a la espera de que se cierre la primera operación, momento en que se firmará la “joint venture” y se hará pública la alianza. Velayos ha subrayado ante la junta de que hasta mayo la compañía registra números negros y que el objetivo es cerrar el ejercicio 2011 “en positivo”. Una vuelta tendente al beneficio, que de todas maneras ve difícil que se produzca antes de 2013, que es posible gracias a la reducción de costes y al aumento del margen bruto que ha experimentado la inmobiliaria, pero sobre todo al pacto de refinanciación de su deuda con la banca que ha evitado la disolución de la compañía. Las entidades que suscribieron el último crédito sindicado, y que controlan los fondos propios de la inmobiliaria son Santander, BBVA, Popular, IKB, ING Real Estate, Bankia, Deutsche Bank, Sabadell, Barclays, CAM, Caixa Geral, Caixa Catalunya, El Monte, Caja Cantabria, Caja España y Banco de Valencia.

El presidente de la inmobiliaria, Luis Hernández de Cabanyes, ha señalado que la reducción de costes ha sido drástica, hasta el punto de haber prescindido de dos terceras partes del personal (de 152 a 52 personas), mientras que la dirección se ha recortado el sueldo un 43% en el marco de una mengua general salarial del 17% . En la misma línea de recortar costes, la compañía ha cerrado también sus oficinas en el exterior (París, Berlín y Nueva York) y dirige su actividad internacional desde sus oficinas centrales en Barcelona.

Velayos ha avanzado que Renta Corporación podrá repartir de nuevo dividendos a partir de 2012 si cierra ese ejercicio por encima de los cinco millones de beneficio y mantiene igual cantidad de dinero en caja, y siempre que cumpla con sus compromisos de pago de deuda, actualmente cifrados en 192 millones. No obstante, el consejero delegado reconoció que hasta que no se reduzca un tercio la deuda, la inmobiliaria deberá pagar dos euros a la banca por cada euro que reparta de dividendo; hasta la mitad de la deuda, 1,5 euros por euro, y por debajo de la mitad, un euro por cada euro.

La empresa perdió en 2010 el 58% de su valor en bolsa y en 2011 se ha revalorizado un 1,7%, por debajo del crecimiento del sector. En abril, Renta Corporación alcanzó un preacuerdo de refinanciación con el 94% de sus acreedores que dejó la totalidad de los fondos propios de la compañía en manos de las 16 entidades financieras acreedoras. La firma, que además de tener unas pérdidas operativas de 28 millones de euros el año pasado tiene que pasar a pérdidas créditos fiscales por valor de 56,8 millones, queda con unos fondos propios negativos de 40 millones, que logra recomponerlos con la conversión de parte de su deuda bancaria, 54 millones, en un crédito participativo, con un plazo de vencimiento de diez años.

En mayo, la compañía logra un acuerdo con la totalidad de las entidades financieras para refinanciar a largo plazo su deuda. El pacto supone, por un lado, la venta de activos por un valor de 117,7 millones de euros y, por otro, la obtención de un préstamo participativo, con un vencimiento de diez años, por importe de 54,5 millones de euros, que tiene consideración mercantil de fondos propios. Por último, la refinanciación de la deuda restante se enmarca en un crédito por importe de 126 millones de euros con un vencimiento de ocho años, que se amortizará anticipadamente a medida que se proceda a la venta de activos adquiridos con anterioridad a 2009.

En paralelo, la dirección de la inmobiliaria catalana ha alcanzado un acuerdo con la firma estadounidense Yorkille Advisors por el que obtiene una línea de liquidez por la vía “equity” de hasta 20 millones de euros. El objetivo del acuerdo no es otro que disponer de capacidad financiera adicional ante la sequía del crédito en España. El acceso a estos fondos se podrá ejecutar en dos tramos de diez millones por un periodo de 36 meses, a cambio de la emisión de nuevas acciones de la compañía a través de emisiones de capital con un descuento del 5% del precio de mercado.

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