Sólo la mujer deja de trabajar para cuidar a un familiar con discapacidad

09/05/2018

Miguel Ángel Valero.

El dato de la Fundación Adecco llama la atención: crecen un 44% los profesionales que dejan de trabajar para cuidar a sus familiares con discapacidad, de 74.300 en 2012 a 107.100 el año pasado. Pero más lo hace otro: el 86,3% de éstos son mujeres, el 88%, mayores de 45 años, con lo que esta decisión prácticamente trunca sus carreras profesionales.

“En nuestra sociedad sigue muy arraigado el rol femenino como cuidadora de la familia y del hogar y, además, las mujeres mayores de 45 años son las que más dificultades encuentran en el mercado laboral y, por tanto, las primeras que deciden retirarse cuando la situación familiar lo requiere”, señala el informe, elaborado gracias a Previsora Bilbaína.

Estas personas no pueden costear los servicios adecuados para el cuidado de familiares enfermos o con discapacidad y esa es la razón por la que se retiraron de su puesto de trabajo o dejaron de buscar empleo.

Un 55% de los trabajadores que tiene familiares con discapacidad ha tenido que rechazar empleos (35%) o promociones (20%) porque no eran compatibles con el cuidado de su familiar. Un 80% de los que tienen empleo encontraría en el teletrabajo la solución para atender a sus familiares con discapacidad, pero sólo un 12% cuenta con la posibilidad de desempeñar sus funciones de forma telemática.

Durante los últimos 5 años, el número de inactivos que no buscan empleo para cuidar a personas dependientes se ha incrementado un 2,3%, pasando de 526.700 a 538.900. Las personas que se han retirado del mercado por no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de adultos enfermos y/o personas con discapacidad, han crecido el 44%, pasando de 74.300 inactivos en 2012 a 107.100 en 2017.

En total, representan en la actualidad el 19,9% del total de inactivos por cuidado a personas dependientes, frente al 14,1% de 2012.

Para Myriam Ganado, consultora de la Fundación Adecco experta en familias, “compatibilizar la vida personal y laboral es un reto para todos los profesionales, que se convierte en todo un desafío cuando hay una persona con discapacidad en la unidad familiar. Por este motivo, no pocos trabajadores deciden retirarse del mercado para ocuparse directamente de su familiar, al no poder costear a una persona que le brinde los cuidados adecuados. Ello explica que los inactivos por cuidar a adultos enfermos o personas con discapacidad, sean los que más se han incrementado de todos los que se retiran del empleo para cuidar a personas dependientes”.

Los inactivos por no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de niños han crecido un 6,6% en el último lustro.

Rol femenino

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, destaca que  “estos datos vienen a constatar 2 realidades: en primer lugar, en nuestra sociedad sigue muy arraigado el rol femenino como cuidadora de la familia y del hogar y, en segundo lugar, las mujeres mayores de 45 años son las que más dificultades encuentran en el mercado laboral y, por tanto, las primeras que deciden retirarse cuando la situación familiar lo requiere, ante la falta de expectativas profesionales”.

“Los seniors son una fuerza laboral imprescindible para el mantenimiento de nuestro Estado del Bienestar.  El reto es que puedan convertir el cuidado de su familia en su profesión, dotándola de reconocimiento económico y social, a través de colaboración público-privada que les permita seguir aportando a la economía a la vez que se realizan profesionalmente”, añade.

Si bien no todos los profesionales con familiares con discapacidad se retiran del mercado laboral, los que en él permanecen encuentran obstáculos y dificultades añadidas.  Este hecho condiciona las posibilidades de empleo de los trabajadores, que tienen que encontrar jornadas laborales y medidas de flexibilidad que hagan compatibles vida personal y profesional.

“Las insuficientes medidas de conciliación suponen una pérdida de competitividad para las empresas, pues cada persona que rechaza un empleo o promoción por este motivo es talento desperdiciado. En pleno siglo XXI, urge impulsar políticas de flexibilidad que permitan a los profesionales dar lo mejor de sí mismos sin renunciar a lo más importante para ellos: su familia”, enfatiza Mesonero.

La mayoría de las medidas de flexibilidad tienen una implantación inferior al 50%. en las empresas Sólo la posibilidad de abandono del puesto de trabajo ante emergencias familiares (75%) y los viernes por la tarde no laborables (67%) han conseguido arraigar en las empresas de nuestro país.

 

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