En 2006, la recaudación obtenida por las actividades de control de la Administración Tributaria española ascendía a 5.310 millones de euros, cifra que en 2009 alcanzó los 7.008 millones. Entre 2008 y 2009, los actos de inspección se incrementaron en un 3,5%. En el ámbito normativo, se han producido siete cambios legislativos relacionados con la fiscalidad de las empresas en los últimos seis meses. Estos son algunos de los datos vertidos durante el desayuno informativo Los riesgos fiscales en su empresa, celebrado en un momento en el que la Comisión Europea analiza la propuesta de armonización del Impuesto de Sociedades que se plasmará mediante una nueva directiva.

En este contexto tributario, parece necesario que las empresas de cierto tamaño traten de delimitar un mapa de riesgos fiscales, que se debería minimizar a partir de “propuestas de acciones a emprender en un futuro”, como se destaca en el Informe jurídico relativo a la delimitación de los riesgos fiscales en la empresa, elaborado por el bufete Gonzalo Abogados y presentado en este evento. La mesa redonda está ocupada por Javier Gonzalo Migueláñez, socio director de bufete Gonzalo Abogados, José María Labeaga, director del Instituto de Estudios Fiscales, Juan Carpio Bergareche, socio del Área Fiscal de Gonzalo Abogados e inspector de Finanzas del Estado en excedencia y Enrique Villanueba García, consultor y profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad Complutense de Madrid.

Buenas prácticas

A lo largo del evento, se menciona y valora positivamente el Código de buenas prácticas tributarias elaborado por el Foro de Grandes Empresas, compuesto por representantes de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria y representantes de Acerinox, Mapfre, Telefónica y Renault España, entre otras. Y en el mencionado informe jurídico se explica que el citado código señala como buenas “todas aquellas prácticas que conduzcan a la reducción de riesgos fiscales significativos y a la prevención de aquellas conductas susceptibles de generarlos”. (…) Por tanto, “cuanto más se fomenten estas buenas prácticas menores serán los riesgos fiscales para las empresas”.

Por su parte, José María Labeaga pone de manifiesto que el Instituto de Estudios Fiscales que él dirige trabaja en un nuevo marco y modelo de relación entre la Administración Tributaria y los contribuyentes. Labeaga propone, también para paliar la economía sumergida, que ese modelo de relación se base más en la cooperación que en la imposición. Y precisa Labeaga que el sistema tributario necesita para su buen funcionamiento información, y cómo no, “datos para poder evaluar qué hacen las distintas Administraciones Públicas”. A continuación, añade este catedrático de Microeconomía y Microeconometría, que es necesario también potenciar mecanismos para fomentar el intercambio de información entre Estados.