Todos contra Rajoy, Rajoy contra todos

28/05/2018

Josep M. Orta.

Si Mariano Rajoy no viera peligrar su silla disfrutaría al máximo el momento que está viviendo el país. En lo que va de legislatura, con su minoría mayoritaria, les ha hecho bailar a todos a su ritmo. Cierto que ha perdido votaciones, pero las ha dejado reposar y descansan en la mesa del Congreso. Ahora espera que la moción de censura que le presentan sólo sirva para consolidar su posición, constatar su incapacidad de no ponerse de acuerdo incluso en lo que están de acuerdo y enfrentar aún más a los partidos que lo combaten.

Ahora ha logrado poner, una vez más, a toda la oposición en su contra. Todos exigen que una moción de censura lo saque de La Moncloa y tienen los números para hacerlo. Sin embargo unos y otros -en especial los principales protagonistas- han entrado en una encarnizada pugna entre ellos, fijando líneas rojas y poniendo vetos, que en principio imposibilita que la iniciativa socialista prospere.

Ciudadanos, con las encuestas en la mano, exige elecciones inmediatas, algo que se oponen tanto socialistas como los nacionalistas vascos. El PSOE, por su parte, no sólo ha tomado la iniciativa de presentar una moción de censura sin pactarla con nadie si no que además se niega a negociar con nadie. Con su ultimátum de “lo tomas o lo dejas” Pedro Sánchez vuelve a tener su minuto de gloria, pero puede ser tan estéril como cuando decía aquello de “no es no” que le costó el puesto. Los socialistas -con las encuestas a la contra- tienen la urgente necesidad de volver a La Moncloa para desde allí recuperar el terreno perdido, pero es evidente que el resto de grupos no le pueden dar el cheque en blanco.

El bloque de la oposición, además de coincidir con la necesidad de echar a Rajoy, curiosamente también están de acuerdo que con los nacionalistas catalanes ni pan ni agua. O sea que la única solución que ven para Catalunya es más represión. Por cierto va siendo el pan de cada día los actos de violencia protagonizados por sectores españolistas en diversas localidades catalanas ante la pasividad policial.

Ante este mapa, un Mariano Rajoy que aún saborea la victoria europea del Real Madrid, piensa que quien ríe el último ríe mejor y parece más preocupado por las guerras intestinas dentro de su partido y que alguien hable más de la cuenta que de la iniciativa socialista.

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