Aunque su trabajo sea la interpretación, Cameron asegura que «la vida no es una película con final feliz». Aunque ahora está soltera y sin compromisos asegura que hay que saber descifrar los vetigios del amor. «El truco está en saber que el amor cambia», confiesa a Elle.

La gran sonrisa de esta rubia guarda detrás más de un secreto y reconoce que no siempre ha sido una chica alegre. «Desde muy niña hasta los veintitantos no fui muy feliz. Tengo una personalidad algo oscura. Aunque no atormentada. Lo estaba hace tiempo pero ya no».

La protagonista de Algo pasa con Mary afirma que ella, como muchas otras personas, recurre a la ayuda profesional a la hora de hablar sobre sus problemas. «Voy al terapeuta. Lo veo desde hace siglos. Creo que lo más importante es encontrar un lugar que sea seguro, en el que puedas hablar con alguien a quien contarle todas tus miserias y ser honesto contigo mismo» señala Díaz.

La californiana tiene los pies sobre la tierra y haciendo balance sobre su vida apunta: «Sé que cosas me funcionan y cuáles no. A los 40 empiezas a aplicar lo aprendido». Cameron ha dejado atrás su triste infancia y mira hacia delante con optimismo. «¿Por qué vivir en el pasado cuando el futuro puede ser radiante, feliz y excitante?».