«La privatización no puede ser porque la normativa europea dice que tenemos que ser un medio público», explica la presidenta de Tragsa, Elvira Rodríguez, en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.

Tragsa está replegándose en su expansión internacional. Tiene prácticamente ultimada la salida de Brasil y prepa el abandono «en un futuro no muy lejano» de Paraguay, pese a que allí obtiene beneficios.

La filial de Brasil está «prácticamente en liquidación». En Paraguay, Tragsa dispone de una gran finca productora de soja, una empresa con la que el país latinoamericano pagó a España por una deuda soberana, y que, pese a dar beneficios, también da «muchos problemas».

Elvira Rodríguez descarta otro expediente de regulación de empleo (ERE) en Tragsa, pero no salidas voluntarias pactadas en el área de construcción. La empresa pública cuenta con unos 11.000 empleados.

«Yo no preveo un nuevo ERE, no sé qué pensara quién me pueda suceder, pero creo que no hace falta. Sí que se podría hacer gestión de personal, pero las salidas incentivadas necesitan la voluntad del Ministerio de Hacienda», explica.

Tragsa se encuentra inmersa en un plan de mejora de la eficiencia global de la empresa. Elvira Rodríguez reconoce que tiene que modernizar su gestión productiva,  que está trabajando con gestores y empezando a implantar un archivo electrónico de los expedientes.

En blockchain, destaca que el Sistema Integral de Trazabilidad Animal (Sitran) es un ejemplo de cómo esa tecnología ofrece el valor añadido de certificar el origen de la carne. «Además es una gran fuente de datos de las Administraciones, que son los clientes de Tragsa, a los que se les pueden sacar múltiples aplicaciones», subraya Elvira Rodríguez, que reconoce que «nos queda mucho camino que recorrer para sacar mayor partido de nuestros datos».

La empresa está recibiendo «más encargos porque las Administraciones han recibido bastante tesorería procedente de los Presupuestos y porque hay elecciones el año que viene, lo que hace que se hayan abierto hayan puesto en marcha algunos proyectos que estaban parados».

Elvira Rodríguez precisa que Tragsa necesita una cifra de negocio de unos 800 millones de euros para equilibrar sus cuentas, y que la empresa está «cerca de alcanzar esa línea en la que no tenga ni pérdidas ni ganancias».