El 31 de mayo se presentó en Madrid la segunda investigación del Observatorio Empresarial contra la Pobreza: Negocios inclusivos y empresas españolas. El momento de no dejar a nadie atrás. Este informe “quiere situar a los negocios inclusivos en el debate de la generación de impacto social entre las empresas españolas. Queremos que se convierta en la forma de hacer negocios que las caracterice, que contribuya a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que impulse la creación de una economía más inclusiva en la que nadie quede atrás. Los negocios inclusivos pueden ser iniciados por distintos tipos de organismos, ONG, emprendedores, grandes empresas y pymes. Además, actualmente hay un intento de trabajar de forma conjunta por ambas partes, empresas y ONG”, según expresó aquel día María Jesús Pérez, subdirectora general de la Fundación Codespa. La entrevistamos antes de que se celebre en Madrid, el próximo 28 de junio, la jornada El talento vence la pobreza.

♦ diarioabierto.es: ¿Cómo puede una empresa compatibilizar rentabilidad económica e impacto social positivo?
María Jesús Pérez: Son conceptos compatibles y fortalecen a la empresa, como agente generador de riqueza y como organización clave en la configuración social. Para ello, la empresa se debe centrar en aquellos aspectos de su actividad que tienen o pueden tener un mayor impacto social, y gestionar ese impacto social como un valor adicional a otros dentro su estrategia; debe ser algo que está incorporado en el quehacer de la empresa. Hablar de impacto social  es pensar en sus empleados, clientes, proveedores y, particularmente, en aquellas personas afectadas por la actividad de la empresa que pueden estar en una situación de mayor desventaja en aspectos laborales, de protección de derechos humanos, etc.

♦ diarioabierto.es: El informe sostiene que el punto de partida para la identificación de oportunidades empresariales en negocios inclusivos es la cadena de valor. ¿Qué actividades dentro de esa cadena habría que vigilar más, de cara a potenciar la creación de negocios más justos desde un punto de vista comercial?
M.J.P.: Cada empresa se deberá centrar en una dimensión u otra de su cadena de valor, poniendo el foco en aquellos procesos clave en los que tiene posibilidad de hacer más daño o, por el contrario, generar más oportunidades para personas en desventaja. Por otro lado, los Objetivos de Desarrollo Sostenible apuntan con claridad problemas humanos enormes que podrían ser atendidos con esfuerzos colaborativos entre empresas y otros actores. Las empresas pueden identificar cuáles de estas necesidades están alineadas con su cartera de productos y servicios y forjar alianzas para cerrar esas brechas de acceso a la salud, las medicinas, la educación, las infraestructuras, etc., que afectan a miles de millones de personas. Hay cada vez herramientas en torno a las que hay más consenso, para ayudar a las empresas a identificar donde está su oportunidad de trabajar de forma más inclusiva, sin dejar a nadie atrás.

♦ diariabierto.es: ¿Qué características tendría un ecosistema que facilite la creación de negocios inclusivos?
M.J.P.: La única forma de crear negocios inclusivos es trabajar colaborativamente, entendiendo que si hay exclusión y acceso desigual a bienes y derechos es, en parte, por falta de voluntad, pero principalmente porque la empresa, el sector público y las entidades sociales desconocen las soluciones y porque la respuesta se debe identificar necesariamente de forma colaborativa. Por esto, es fundamental que en España se promuevan espacios de diálogo y trabajo conjunto, pero en un marco de orientación a resultados concretos. Para ello, se necesita tomar en serio la importancia del trabajo conjunto, la colaboración multisectorial. Y, definitivamente, en España faltan filántropos y/o entidades públicas que verdaderamente apuesten por la innovación social. No faltan ideas, falta voluntad, financiación y espacios de trabajo conjunto.

♦ diarioabierto.es: El informe señala a la innovación tecnológica como una de las palancas para un cambio más rápido hacia la expansión de los negocios inclusivos en España. Según un análisis reciente del profesor del MIT Daron Acemoglu, los robots serán los responsables de que los salarios caigan entre un 0,25% y un 0,5% y ocasionarán la pérdida de entre 360.000 y 670.000 empleos a escala global.  ¿Cómo convencer a las personas, sobre todo a las que están en riesgo de exclusión social, de que los robots, resultado de la innovación tecnológica, no les robarán sus puestos de trabajo?
M.J.P.: Este es uno de los dilemas más grandes que debe enfrentar la sociedad en los próximos años. La realidad es que estamos ante un riesgo importante, especialmente para las personas en mayor desventaja social. Está en juego la estabilidad de nuestra sociedad. Hay mucha incertidumbre por la rapidez del cambio que está experimentando nuestra sociedad ante esta revolución tecnológica y el impacto que esto puede tener sobre las personas más vulnerables. No creo que nadie tenga una respuesta, pero sí se necesita definitivamente, y más pronto que tarde, una verdadera apuesta por una economía y una tecnología al servicio de todas las personas, no al servicio de unos pocos. Se necesita una revolución en el liderazgo de las empresas, de los ciudadanos, para pensar más en opciones que nos beneficien a todos. La regulación tendrá también una función esencial.

Pero lo que sí es cierto, y apuntamos en el informe, es que la tecnología por el contrario está abriendo enormes posibilidades de acceso a información y servicios básicos para personas que antes no tenían acceso, por lo que, en el lado positivo de la moneda podemos también decir que estamos ante una oportunidad sin precedentes de generar inclusión. Y precisamente, a partir de este año, el observatorio centrará su labor de investigación en el reto de la tecnología y en cómo poner la revolución tecnológica al servicio de la inclusión y la consecución de un desarrollo más sostenible, acorde a los ODS.

♦ diarioabierto.es: Según el informe La contribución de las empresas españolas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, elaborado por la escuela de negocios ESADE, tras analizar a 143 empresas, sólo poco más de 40 mencionan los ODS de manera explícita en sus informes anuales. ¿Por qué cree usted que es tan difícil que las empresas se comprometan a protagonizar un cambio tan beneficioso para toda la sociedad?
M.J.P.: En parte hay un problema de lenguaje y de comprensión de cómo unos temas están interrelacionados con otros. Hablábamos al principio de que las empresas que se preocupan por su impacto social tienden a ser más rentables. Se fortalecen, adquieren más valor frente a sus empleados, frente a sus clientes. Son empresas que tratan de crear riqueza haciendo las cosas lo mejor posible; buscan provocar un cambio positivo allá donde operan. Así, gustan más y al gustar más, se fortalecen. Pero no es fácil llevar esta idea a la práctica. No termina de llegar a los consejos de administración ni al corazón de las escuelas de negocio, también hay escepticismo en la sociedad… Se necesitan líderes empresariales con una visión ambiciosa y que consoliden modelos de negocio que operen sobre unos pilares de desarrollo más sostenible. Precisamente el 28 de junio, vamos a celebrar una jornada que será impresionante El talento vence la pobreza que va a representar una llamada a un nuevo liderazgo empresarial centrado en una economía al servicio de las personas.

Venimos de un sistema que, en parte, se ha creado sobre una lógica en la que para generar rentabilidad había que dejar de lado la ética y los valores humanos. Y estamos muy poco a poco recorriendo ahora el camino a la inversa. La crisis financiera internacional puso de manifiesto que algo no iba bien, que algo se nos estaba yendo de las manos. Ahora hay lecciones aprendidas, pero cambiar todo un sistema de valores no es fácil. Serán necesarias generaciones con una mejor educación, una conciencia global y una formación basada en valores. Hay una esperanza puesta en la fuerza que adquieren los consumidores al disponer de información veraz sobre las empresas, que pueden provocar verdaderos cambios en las prácticas empresariales.

Y sin duda el factor tamaño importa. Que las grandes empresas no contemplen aún los ODS es síntoma de un gran desconocimiento. En cambio, las pequeñas empresas bastante tienen con sacar adelante sus negocios dignamente, en un entorno tan complejo como el que tenemos.

♦ diarioabierto.es: En su última estimación, el Consejo General de Economistas cifraba el fraude fiscal en 26.000 millones de euros. ¿No sería más fácil reducir el número de personas que viven en riesgo de exclusión social, si las empresas dejaran de defraudar y el Estado pudiese crear con ese dinero más puestos de trabajo para mejorar la protección social?
M.J.P.: El fraude fiscal es una práctica deplorable e ilegal que tiene enormes consecuencias en nuestra sociedad. Es difícil sostener un discurso íntegro de responsabilidad social, cuando una empresa evade el pago de impuestos. Lamentablemente es una práctica presente en muchas empresas (e individuos) y contra la que es necesario ser contundentes. No creo que la respuesta sea sólo destinar ese dinero a crear puestos de trabajo por parte del Estado, sino verdaderamente desarrollar políticas eficaces que garanticen el acceso a derechos fundamentales como la educación y la salud, y logren atender los retos que afectan con especial gravedad a la sociedad española como son la pobreza infantil, el abandono escolar, la atención a las personas mayores, el apoyo a las familias con miembros dependientes, entre otros.

♦ diarioabierto.es: En los últimos 15 años, el 30% de la población que vive en riesgo de exclusión ha visto cómo sus activos netos apenas crecían un 3%, mientras que los del 10% más rico se disparaban un 56%. ¿Se ha planteado la Fundación Codespa cómo acabar con esta polarización social? ¿Cuáles son sus propuestas?
M.J.P.: Nuestro trabajo se centra en contribuir, desde el ámbito de trabajo de Codespa, a revertir esa situación. Y lo hacemos con estrategias diferentes, pero complementarias. Por un lado, invertimos en las capacidades de las personas que no han tenido oportunidades, les damos formación y les ayudamos a desarrollar actividades económicas que tengan potencial. Desarrollamos alianzas con gobiernos locales, con otras entidades locales y de cooperación, para conseguir dinámicas de crecimiento económico en las que las personas más excluidas tengan un beneficio, un papel, algo que decir. Esto lo hacemos con nuestros proyectos de desarrollo con los que anualmente conseguimos trabajar con más de 100.000 personas en situación de pobreza en países en desarrollo. Por otro lado, trabajamos con las empresas, con los ciudadanos, tratando de crear una conciencia global y solidaria.

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⇒ Seguir en Twitter a María Jesús Pérez (@ajeper) y a la Fundación Codespa: @CODESPA