No uno, sino cinco eventos se nos acumulan en un día página y todos sucedían en Madrid.

El mundo del evento es un no parar y un frenesí, si un día 300 amigos de Rabat se montan un sarao flamenco organizado con el máximo detalle por Fiona Ferrer en lo que fue una Feria del Campo en las afueras de Madrid y que hoy se llama Il Circo. Otro día es una famosa –Arancha de Benito, que amadrina un desfile de bañadores de Ory para El Corte Inglés, en ese lugar de culto que se levanta en la Castellana de Madrid y que podían ser Barneys o Saks pero en moderno. En ese frenesí hay su momento para la cultura con la exposición, bajo mecenazgo de Loewe, del pillín paparazzo Ron Galella que pasará a la historia por haber sido agredido por Marlon Brando y demandado por Jackie O.. Hubo su momento para la solidaridad en Casa Decor, ese lugar en el que tomar ideas para la república independiente de nuestras casas, donde se celebró un cóctel a beneficio de la Fundación Carmen Pardo Valcarce que hace una labor ingente de integración con disminuidos intelectuales, gracias a personas como Esperanza Aguirre que se dejan la piel y su dinero ayudándoles. Me consta que Aguirre, desde que era presidenta del Senado, ya les hacía encargos. Esa familia Pardo Valcarce y otras, como Rosalia Mera o Esther Koplowitz sí que merecen un Príncipe de Asturias, por muy bien que le cante Leonard Cohen a Susanne. El que no canta nada pero es Dj’s y pilota desde hace dos años en Fórmula Uno es Alguersuari, empeñado en que Ariadne bailase con su vestido Pepe Jeans, ella es mucho de vaqueros pero en la inauguración de la séptima tienda de la marca inglesa, optó por un mini.  Y con estos buenos ratitos y un kilo de pepinos españoles, vamos pasando la primavera hasta que los alemanes o los ingleses nos den otra alegría de las suyas.