Fallece el padre Jaime Garralda

30/06/2018

Miguel Ángel Valero. El jesuita dedicó toda su vida a los más desfavorecidos de la sociedad, "los preferidos de Cristo".

El jesuita Jaime Garralda ha fallecido a los 96 años de edad, tras una vida dedicada a las personas más desfavorecidas de la sociedad desde un profundo sentido del mensaje del Evangelio, trabajando por la integración social de los drogodependientes, los presos sin familia, los hijos menores de mujeres encarceladas, los enfermos de VIH y las personas sin hogar. Creó la Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos, que lleva más de 40 años trabajando por las personas excluidas de la sociedad, a las que considera «los preferidos de Cristo».

“Debemos estar al lado de los que nadie quiere, esos que no tienen nada y encima soportan el desprecio de la sociedad, porque son los que más ayuda necesitan y no podemos darles la espalda. Hay que concienciar a la sociedad de que hay que hacer más. Tenemos que ayudar a esas personas que han tenido menos suerte que nosotros, con cariño y con recursos, para que puedan acceder a una vida normal”, explicaba sobtre su labor el padre Garralda.

Nació en 1921. Con 24 años decide entrar en la Compañía de Jesús, donde comienza a hacer realidad sus proyectos solidarios a favor de los marginados, una actividad que inicia siendo todavía estudiante de Teología en Granada. Jaime Garralda pone en marcha  proyectos para ayudar a los ciudadanos más necesitados de las poblaciones de Albolote, Atarfe y Pinos Puente, siendo conocido de “el padre de los gitanos”. Tras un terremoto que en 1956 destruye el pueblo de Albolote,  inicia una cruzada dirigida a que los afectados se recuperen y puedan rehacer sus hogares y sus vidas. Esta labor le hace merecedor de la Medalla de Oro de la Orden de Cisneros.

Una vez terminados sus estudios universitarios, y ya consagrado como sacerdote jesuita, Jaime Garralda se hace cargo del Hogar del Empleado, en Madrid, desde el año 1957 hasta 1964. Centra su labor en los niños y adolescentes, con la construcción de 7 residencias con capacidad para 600 adolescentes, así como otros tantos institutos y escuelas donde los estudiantes cursaban titulaciones oficiales y practicaban todo tipo de actividades y deportes. El padre Garralda promueve también la construcción de una residencia para enfermeros de tuberculosis.

En 1959, Jaime Garralda impulsa la  creación de Asociaciones de Viudas, origen de la actual la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Viudas.

En 1964, el padre Jaime Garralda es destinado a Centroamérica, donde pone en marcha una red de ayuda a los más necesitados, cuya base de operaciones se situó en Panamá. El éxito de la iniciativa y la popularidad cosechada por el padre extienden su proyección social a toda América Latina. Por su labor, el presidente de la República de Panamá le concedió la máxima condecoración nacional, la Orden de Amador Guerrero, en grado de Comendador.

El padre Jaime Garralda regresa a España en 1966, donde recupera los proyectos de ayuda que había emprendido. Destaca la labor realizada en los barrios de chabolas para procurar la escolarización de los niños y la formación profesional de los jóvenes. Y se traslada a vivir a un poblado chabolista en Vallecas (Madrid), donde permanence 16 años, crea la Asociación de Vecinos e inicia su trabajo con presos a los que presta ayuda durante los permisos penitenciarios.

En 1978, Jaime Garralda crea la Fundación Horizontes Abiertos, concebida para ayudar a los presos a rehacer sus vidas una vez que hayan cumplido sus condenas. Con el tiempo, las necesidades de los colectivos marginales de la sociedad amplían la actividad de la Fundación a los enfermos de VIH/SIDA,  así como a personas drogodependientes, personas “sin techo”, o inmigrantes sin papeles. “La drogodependencia es una enfermedad grave, que no se cura con medicinas, hace falta un tratamiento médico y psicológico profundo, pero sobre todo mucho cariño», explicaba Jaime Garralda.

Su labor consigue que en las cárceles haya módulos específicos para madres y niños menores de 3 años, para familias cuando padre y madre están cumpliendo condena, módulos penitenciarios para estudiantes universitarios y centros terapéuticos donde los internos superan su dependencia de las drogas.

María Matos, cofundadora junto a Jaime Garralda de la Fundación Padre Garralda– Horizontes Abiertos y presidenta de Honor de la institución, destaca que se trata de una pérdida enorme, pero que «lo importante es recordar su vida, que ha sido un verdadero ejemplo cristiano de amor al prójimo y dedicación incansable a los más desfavorecidos, contagiando a todos los que le rodeábamos su alegría, y mantener vivo su enorme legado, la Fundación que lleva su nombre, que ya ha atendido a más de 40.000 personas y sigue siendo muy necesaria en nuestra sociedad”.

¿Te ha parecido interesante?

(+2 puntos, 2 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.