¿Te has parado a pensar cuántas veces consultas el móvil a lo largo del día? Muy probablemente no. Pues hazlo y comprobarás que son muchas más de las que pensabas. La media de veces que lo hacemos es de nada menos que 80 al día, según un estudio sobre el uso (intensivo) del móvil elaborado por Rastreator.com, presentado hoy en Madrid. Y de estas veces, ¿cuántas es por necesidad laboral o personal y cuántas por inercia, por estar entretenido, porque tienes a mano el smartphone? Ahí lo dejo para la reflexión.

El problema es que no somos conscientes de que cada vez más hacemos un uso abusivo del smartphone. Dependemos de él más de lo que deberíamos. Los españoles dedicamos una media de casi cuatro horas al día, seis en el caso de los jóvenes (entre 18 y 24 años). Es más, el 45 % de ellos se consideran adictos al móvil, algo preocupante, como también lo es el hecho de que más de 7,6 millones de españoles se consideren adictos al móvil, lo que supone un 25 % de la población.

También da una idea del enganche que tenemos que la mitad de los encuestados, lo primero y lo último que hace cada día es mirar su smartphone y un 14% reconoce que lo consulta mientras conduce. A 3,7 millones de españoles les resulta imposible estar más de una hora sin mirar el teléfono. Siete de cada diez no pueden vivir sin este dispositivo. Si segmentamos por sexo, las mujeres están más enganchadas: pasan de media poco más de 4 horas, mientras que ellos “solo” tres y media. Ocho de cada diez féminas confiesan que son incapaces de vivir sin su móvil, frente a siete de cada diez hombres.

El psicólogo Daniel Peña ha explicado que el abuso incide en tres aspectos: a nivel emocional (provoca problemas de ansiedad, depresión y estrés crónico, lo que repercute en nuestra salud; a nivel orgánico (afecta al sueño, porque dormimos menos y peor porque lo que miramos en el móvil no tranquiliza precisamente); y a la atención (nos absorbe y limita la capacidad de atender). Es más, estar pendiente del móvil merma un 10 % la capacidad mental, según ha señalado el psicólogo. Al parecer, “las personas que se aburren más fácilmente son más vulnerables”.

Para desintoxicarnos, debemos ser objetivos con nosotros mismos y pensar qué consecuencias genera este uso intensivo. Si crees que te pasas con el smartphone, no lo des por imposible, “con ciertas medidas de higiene se puede aprender a utilizarlo adecuadamente”, ha afirmado Peña. Lo primero: “Hay que mirarse dentro y plantearse si se utiliza como un mecanismo de regulación personal o por una necesidad. Ver si somos dependientes o no”.

Peña aboga por no prohibir el uso, sino racionarlo. También ayuda mucho detectar pronto qué desencadena esa dependencia para atacarlo. “Es más fácil cortar un hábito al principio”. Para recuperar la atención, recomienda practicar mindfulness (atención plena), es decir, meditación. Y, sobre todo, aplicar la racionalidad, que el uso del móvil no provenga del miedo a perderse algo, un tipo de ansiedad que se conoce como FOMO (fear f missing out).

Por si no tienes claro si eres adicto o no, te proponemos rellenar este test, descubrirlo (y reflexionar sobre el uso que le das).