Funcas advierte de la «vulnerabilidad» de la economía española por la elevada deuda pública

11/07/2018

diarioabierto.es. Asegura que el elevado endeudamiento público de España supone una "fuente de vulnerabilidad" para la economía ante una subida de tipos de interés o un posible deterioro de la confianza de los inversores.

Así se desprende del último número de Cuadernos de Información Económica, publicación editada por Funcas, que incluye un artículo de Raymond Torres y María Jesús Fernández, en el que advierten también de que esa «vulnerabilidad» relativa al alto endeudamiento público limita el margen de maniobra de la política fiscal ante un hipotético agotamiento del ciclo.

Cada año, recuerdan los autores, el Tesoro español tiene que emitir unos 230.000 millones de euros en deuda bruta para refinanciar la deuda que vence y cubrir las necesidades de financiación derivadas del déficit. En este sentido, advierten de que cualquier tensión en los mercados podría dificultar o encarecer la colocación de un volumen tan elevado de emisiones, a lo que se suma que unos tipos más altos supondrán un aumento de los pagos por intereses. Por ello, los expertos ven necesaria una estrategia de eliminación del déficit estructural y reducción progresiva del volumen de deuda, «a un ritmo suficiente y con un grado de compromiso creíble».

En su opinión, el principal reto para el sector financiero después de seis años de medidas de apoyo y liquidez extraordinarias es el cambio en las condiciones monetarias en la eurozona, en un contexto de estabilidad financiera en el que la única preocupación en términos de solvencia bancaria es Italia. A pesar de la incertidumbre en el país transalpino, Santiago Carbó y Francisco Rodríguez consideran que el riesgo de contagio transfronterizo está limitado en la medida en que los bancos de cada país han reducido su exposición a la deuda pública, privada y de entidades financieras de otros países, en particular de Italia. En esta línea, apuntan que las mayores reducciones de la exposición han sido las que los bancos franceses y alemanes han realizado respecto a sus posiciones en Italia. «La relación entre riesgo soberano y bancario se ha relativizado significativamente en los últimos años», señala el artículo, si bien los test de estrés que desarrollarán la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y el Banco Central Europeo (BCE) este otoño constituirán la próxima referencia para evaluar la verdadera dimensión de estas preocupaciones. En todo caso, subrayan que el balance negativo italiano en el sistema Target 2 crece de forma «acelerada» y la morosidad bancaria continúa siendo un reto de «considerables dimensiones». Además, añaden que la situación del país es uno de los factores que juega en contra de las subidas de tipos por parte del BCE, por lo que se teme que si el coste medio de su deuda soberana se eleva por encima del 4%, pueda hacerla «insostenible».

Tampoco ayuda la desaceleración de Alemania y los efectos en las economías europeas de las medidas proteccionistas de Estados Unidos, avisan los expertos, que en cambio señalan que a favor de las subidas juegan la evolución en EEUU y la propia eurozona, así como las previsiones de inflación.

Por su parte, Ramon Xifré estudia la evolución de la inversión en investigación y desarrollo (I+D) en España, que destaca por la volatilidad del patrón de gasto, la contracción del gasto privado y la reducida ejecución del gasto del Estado. El artículo constata que la inversión de España en I+D respecto al PIB no solo se sitúa por debajo de la media de la Unión Europea, sino que la crisis rompió el proceso de anterior convergencia, abriéndose de nuevo una importante brecha con las economías europeas más avanzadas. España es uno de los tres únicos países del grupo de 15 países de la eurozona que son miembros de la OCDE en los que la inversión en I+D en 2016 era inferior a la de 2008, un dato preocupante para el autor, dado que dos países que sufrieron la crisis con intensidad parecida (Grecia e Irlanda) aumentaron su inversión en I+D en el periodo (+9,5% y +24,5%, respectivamente). En la esfera privada, el número de empresas que realizan actividades de innovación tecnológica se redujo de forma ininterrumpida entre 2008 y 2016, año en el que el número de empresas activas era menos de la mitad (43%) que ocho años antes. Por ello, considera vital un cambio radical en la política de apoyo a la I+D+i en España que consiga detener la divergencia con la UE.

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