Rajoy y Zapatero querían debatir, pero no lo consiguieron. El debate sobre el estado de la nación demostró la incapacidad del jefe del gobierno y del líder de la oposición para ponerse de acuerdo en un solo tema de los que preocupan a los ciudadanos.El presidente Joé Luis Rodríguez Zapatero reafirmó su voluntad de agotar la legislatura para culminar las reformas económicas y laborales y aprobar 32 leyes pendientes, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, le pidió que no prolongue la crisis y convoque elecciones anticipadas. El declinante Zapatero y el ascendente Rajoy protagonizaron una confrontación teórica sin propuestas de futuro.

En el discurso inicial, Zapatero escamoteó un análisis político de la situación, por la sencilla razón de que desde el comienzo de la legislatura, en 2008, su partido, el PSOE,no ha cosechado más que fracasos. En términos económicos, Zapatero reafirmó la buena dirección de sus recortes y reformas y manifestó su voluntad de agotar la legislatura para culminarlas. Lo único nuevo fue el anuncio de que se dará nuevas facilidades a los hipotecaros que no puedan hacer frente a sus pagos por hallarse en paro o en situación de penuria económica. El presidente no concretó la medida.

La exposición inicial del presidente tuvo un tono monocorde y desganado, de despedida, en el que predominó el discurso del pasado, sobre los logros sociales y el mantenimiento del Estado del bienestar pese a la crisis económica. Las becas, los 700.000 dependientes con ayudas, la cobertura del 70% de los 4,9 millones de parados y la renta per cápita de 25.000 euros anuales fueron sus argumentos principales, todos judiciales o de pasado.

Rajoy apeló a la emergencia nacional del desempleo, la deuda, la falta de crédito para pedir al presidente que no impida a los españoles ponerse en pié y decidir su futro político. En otras palabras, que haga el favor de convocar elecciones. El líder del PP incidió en que la mejor solución para España son las elecciones, “aunque yo no tengo prisa”, aseguró. “Si quiere le felicito por haber dicho que ha inventado las becas, pero no me parece razonable”, dijo. A continuación recordó que en 80 ocasiones el Gobierno ha vetado las propuestas del PP.

Aunque Zapatero se mostró muy agresivo, Rajoy consiguió que el debate fuera de guante blanco cuando, en su réplica recordó que era el último debate del presidente y le deseó lo mejor para su futuro personal y familiar. La esposa del presidente, Sonsoles Espinosa, su padre, Juan Rodríguez y su hermano mayor, Juan, que contemplaron el debate desde la tribuna, agradecieron con gestos los buenos deseos de Rajoy. En la contrarreplica, Zapatero reclamó a su oponente un compromiso con el futuro y le pidióp que no pongan en tela de juicio los datos de la contabilidad del Estado.