Behia (que significa vaca en euskera) es un espacio interesante que lleva abierto poco más de un año. Está situado en la calle Manuel de Falla, justo a espaldas del estadio Santiago Bernabéu. Su carta nos ofrece cocina de mercado de la mano de Juan Carlos Delle Vedove, un joven chef que ha labrado su trayectoria en varios restaurantes con estrella Michelin de Italia (La Casa Degli Spirit, Al Ferarrut) o los de Martín Berasategui en San Sebastián (Lasarte y Kursaal).

En una carta de temporada destacan las carnes de la raza limusin, que crían en ganadería propia (en fincas de Ávila y Toledo). Esta carne de vaca se caracteriza por tener una calidad excepcional para consumidores y gastrónomos exigentes. También es la preferida por los carniceros profesionales. Tiene un grado óptimo de infiltración que le aportan sus mejores cualidades: sabor, color, textura olor y jugosidad. Esta raza es la que ofrece el mejor rendimiento al tener esta menos proporción de grasa y el hueso más fino, junto a un lomo y cuartos traseros excepcionales.  Se caracteriza por ser una carne muy tierna (se nota al primer corte del cuchillo), muy fina y magra a la vez, sabrosa, baja en grasa y colesterol, presentando el corte de solomillo hasta un 45% menos de grasa. Behia selecciona cuidadosamente sus piezas. Los terneros, novillos, vacas y bueyes son escogidos entre los animales mejor cuidados, controlados desde su nacimiento, con un engrasamiento natural y madurados con el tiempo necesario para su mejor degustación. El comensal puede verificar en todo momento la trazabilidad del producto ofertado.

En la carta encontramos muy buena carne en el solomillo, chuletón, Tomahawk, steak tartar, hamburguesa, en las parrilladas para dos personas e incluso en el corte de picaña, una propuesta no tan habitual en los restaurantes de la capital. También cuentan con un picoteo más tradicional, como croquetas caseras de txangurro, las de bacalao con ajo negro (buenísimas), ensaladilla de buey de mar, y platos más consistentes, de los de toda la vida como la perdiz estofada, el rabo de toro o los callos a la madrileña.

Pero hay una especialidad que está deliciosa y además cuenta con historia propia: la menestra de verduras que podemos degustar en este establecimiento recoge la receta del restaurante mítico que se encontraba donde ahora se ubica Behia: el legendario Príncipe de Viana y sus no menos míticas verduras. Para el postre una buena opción es su torrija caramelizada de pan brioche con crema de avellana.

El estudio de arquitectura e interiorismo Lorna de Santos ha sido el encargado de llevar a cabo el proyecto de decoración. Los materiales que se han elegido son madera, cuero y tejidos naturales, haciendo referencia a los materiales de las cabañas del norte donde el fuego juega un elemento fundamental. El resultado es un espacio cálido, acogedor. Compuesto de varios salones, también dispone de terraza abierta durante todo el año.