La Agencia Tributaria ha dado el visto bueno al acuerdo alcanzado entre el futbolista  Cristiano Ronaldo, la Fiscalía y la Abogacía del Estado por el que el exjugador del Real Madrid pagará una multa 18,8 millones de euros y una condena de prisión de dos años. Este pacto supone que el jugador no tendrá que ingresar en la cárcel a cambio de declararse culpable de cuatro delitos fiscales. Ronaldo forma ya parte de la plantilla de la Juventus y reside en Italia.

Este acuerdo que ya contaba con la aprobación tanto de la defensa como de las acusaciones ha obtenido ahora la aprobación de Hacienda, precisamente la parte de la Administración Pública que denunció al futbolista, aunque ahora sus directivos han sido renovados por el cambio de Gobierno.

Cuatro delitos fiscales

En concreto, Cristiano Ronaldo estaba imputado por cuatro delitos contra la Hacienda Pública, que fueron cometidos entre 2011 y 2014 y que sumados suponían un fraude de 14.768.897 euros. Desglosados los delitos: 1,39 millones en 2011; 1,66 millones en 2012; 3,20 millones en 2013 y 8,5 millones en 2014. Con el acuerdo alcanzado esos más de 14,7 millones quedaban rebajados a 5,7 millones de euros, pero sumada la multa y los intereses arrojan la cantidad de 18,8 millones de euros. A esta última cantidad se deberán sumar los costas de la Abogacía del Estado.

Por lo que respecta a los años de prisión, Hacienda y Fiscalía discrepan. La Fiscalía propone que sea multa y no haya condena penal, mientras Hacienda considera que aunque no entre en prisión –al ser dos años de cárcel- si debería figurar como condena penal con el fin de que en ese tiempo no reincida en este tipo de imputaciones y cuente con antecedentes. La decisión final se conocerá en la vistilla prevista en el Juzgado de Instrucción número 4 de Pozuelo de Alarcón (Madrid) en la que Cristiano Ronaldo prestará su conformidad a la sentencia.

El próximo 31 de julio se cumple un año desde que el exjugador madridista prestó declaración como investigado en el juzgado de Pozuelo. Ronaldo aseguró en su declaración que “jamás he ocultado nada ni he tenido intención de evadir impuestos”, al tiempo que insistía en que la Hacienda española conocía en detalle todos sus ingresos, ya que se los había entregado.