Grecia, que el próximo 20 de agosto pondrá fin a ocho años de rescates después de recibir casi 300.000 millones de euros desde 2010, no necesita medidas adicionales de ajuste fiscal, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sí advierte, por contra, de que el país heleno probablemente necesitará en el futuro un nuevo alivio de la deuda para no perder el acceso a los mercados.

En este sentido, el FMI señala su preocupación por que el compromiso de la eurozona para conceder un alivio adicional de la carga de la deuda griega sea contingente al cumplimiento de Grecia de «una senda de superávit primario muy ambiciosa».

De este modo, los técnicos de la institución internacional consideran que esta circunstancia sugiere que el compromiso para proporcionar un alivio adicional en el futuro si fuera necesario podría resultar insuficiente para mitigar los riesgos a largo plazo y, por lo tanto, Grecia podría tener dificultades para mantener el acceso a los mercados en el largo plazo.

Según sus estimaciones, el país estaría en condiciones de alcanzar de forma sostenible un superávit primario del 1,5% del PIB como máximo y un crecimiento anual el 1%, asumiendo que adopta «profundas reformas estructurales». Sin embargo, las instituciones europeas establecen un objetivo de superávit primario del 2,2% del PIB de media y un crecimiento nominal del PIB del 3%. De este modo, según los técnicos, con las medidas de alivio de la deuda pactadas, los riesgos de refinanciación a medio plazo y la trayectoria de la deuda «parecen manejables», pero advierten de que, si bien la ratio de deuda sobre PIB de Grecia inicialmente bajaría, a partir de 2038 se registraría una «ininterrumpida» subida, haciendo necesario un alivio adicional de la carga para garantizar la sostenibilidad de la deuda.