En 2017 un 3% menos de empresas ofrecieron cursos a sus empleados acogiéndose al sistema de créditos de la formación para el empleo. Aunque el número de participantes subió, los cursos se concentran cada vez más en las grandes empresas. Crece la modalidad de teleformación y los contenidos más generales; un mal síntoma para Comisiones Obreras (CCOO), que pide remodelar todo el sistema.

Los resultados de la formación bonificada para el empleo son examinados con lupa. Después de que en 2016, una reforma apartara a sindicatos y empresarios del control de partes sensibles del sistema, los agentes sociales escrutan con cuidado el balance de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae), atentos a cualquier cambio.

Y el balance de 2017 no es bueno, a juicio de CCOO, el sindicato que hoy publicó los datos que atestiguan un descenso del 3% en el número de compañías cuyos trabajadores recibieron formación en ese ejercicio.

En total, algo más de 355.000 empresas han realizado formación, un 3% menos, indica el informe. En conjunto las empresas consumieron créditos por valor superior a los 517 millones de euros, en línea con 2016; pero un 18% del valor alcanzado en 2012, cuando sobrepasó los 590 millones.

Una tendencia a la baja de la que escapan las grandes empresas. Cerca de un 93% de las grandes compañías ofrecen cursos; mientras que solo un 17% de las más pequeñas (menos de 10 trabajadores) lo hacen.

En cuanto a los participantes, los asistentes a cursos sobrepasaron los 4 millones de personas, algo más que en 2016: Sin embargo también aquí las diferencias persisten, pues, entre las más pequeñas firmas, la evolución fue contraria, al descender un 4% el número de alumnos.

Menor duración, cursos más generales

La última reforma impulsó cambios significativos en la organización de los cursos. Los sindicatos achacan a estos cambios otras de las últimas variaciones, como es que los cursos cada vez duran menos.

En 2017n la duración media de los cursos cayó por debajo de las 16 horas, frente a las 17,1 horas del año anterior. Una variación que puede indicar “un menor grado de especialización o profundización en los contenidos”, indica el informe.

Además la mayor parte de los contenidos son muy generales, y “no parecen responder a necesidades concretas y específicas de la estrategia empresarial”, añaden desde el sindicato. Así, casi la mitad de los participantes se concentran en familias profesionales como administración y gestión, seguridad y medio ambiente.

Finalmente, las disparidades se presentan también en función del territorio. Así, mientras en Madrid, un 42% de los asalariados en empresas privadas recibieron formación, en Ceuta y Melilla este porcentaje desciende al 17%.

CCOO reclama una reforma

Para Lola Santillana, responsable de CCOO, el balance de la formación bonificada de 2017 muestra “la falta de control y capacidad reguladora” del nuevo sistema plenamente vigentes desde 2016.

“La situación para los trabajadores de las pymes no es esperanzadora”, añade. “Es incuestionable que hay que rediseñar la formación profesional para el empleo, y acercarla a todas las empresas y trabajadores que en la práctica están siendo expulsados del sistema”, concluye.