«Una de las cosas más gratificantes es compartir lo aprendido con quien esté dispuesto a escuchar, con la esperanza de que le pueda servir en su propio viaje». Con esta frase final del prólogo justifica Pau Gasol la escritura de «Bajo el aro. Aprender del éxito y del fracaso» (Conecta, 189 páginas).

El jugador de baloncesto hace una reflexión sobre el talento, que «es siempre algo personal, instranferible». «No es algo que se eljija, se busque o se persiga; sencillamente naces con él, como si fuera un diamante en bruto», escribe. Pero recuerda que «un diamante es una piedra opaca que muy poca gente sabe identificar» y que «obtener el diamante de esa piedra exige una destreza proverbial».

Gasol insiste en que «el talento no es más que una habilidad especial que tiene una persona para desarrollar una actividad» y en que «lo fascinante es saber reconocer cuál es el tuyo y, una vez identificado, desarrollarlo, nutrirlo y cuidarlo a lo largo de nuestra vida».

El mensaje del libro es claro: «el talento sin esfuerzo no sirve de nada«. Gasol insiste una y otra vez en que «los genios no nacen, sino que se hacen», en que «lo más importante para que surja el talento es la dedicación y la constancia». «Sin el sacrificio necesario no podremos averiguar hasta dónde nos puede llevar nuestro talento, y sacrificarse significa trabajar muy duro para conseguir tu objetivo», remarca. Gasol tenía muy claro que «si quería llegar a lo más alto, no había otra manera, debía trabajar como el que más».

Pero también resalta que «el talento individual es importante siempre y cuando seas capaz de adaptarte y ponerlo a disposión de tu equipo«. «Hay que entender que lo que es mejor para el equipo también lo es para cada uno de los componentes, porque si el equipo triunfa, todos ganan», remarca el jugador de baloncesto.

«Los egos son un hándicap para cualquier equipo porque representan la negación del espíritu de equipo», insiste Gasol, que recomienda «no dejar que el personaje se coma a la persona«. «Cuando trabajes sin ego descubrirás que el auténtico talento consiste en encajar tus aptitudes en el grupo lo mejor posible, en convertirte en una pieza útil, a poder ser clave, del engranaje, en aprender a aportar tu grano de arena sin esperar nada a cambio», explica en «Bajo el aro».

Objetivo y expectativa

Gasol aconseja distinguir entre el objetivo, «lo posible», y la expectativa, «el deseo». «Cuando trabajas para conseguir algo, te acercas a tu objetivo. Pero si solo esperas que se cumplan tus expectativas correrás el riesgo de sentirte frustrado».

Otro mensaje de «Bajo el aro» es que «cada experiencia es una oportunidad para crecer». «La forma como encaras estos momentos de derrota, de dolor, de frustración, te define como persona, es cuando se descubre de qué pasta estás hecho», narra Gasol. Para el jugador de baloncesto, «las derrotas, incluso las más dolorosas, no se deben afrontar como un fracaso sino como una oportunidad».

Gasol cita a Rosalynn Carter, esposa del expresidente Jimmy Carter: «Un  buen líder lleva a las personas a donde quieren ir. Un gran mlíder las lleva a donde no necesariamente quieren ir, pero deben estar».  Y a Tom Peters: «los líderes no crean seguidores, crean más líderes».