El autoconsumo eléctrico ha despegado en 2017, si bien las cifras son aún modestas, al igual que la aportación de la energía fotovoltaica al conjunto de la generación eléctrica, con 4,6 gigavatios instalados en 61.456 instalaciones en funcionamiento. También las estadísticas internacionales muestran que, en Europa, están por delante de España: Alemania, Gran Bretaña, Francia y que, incluso, Bélgica se acerca a la potencia española. En el área internacional, China acapara todos los liderazgos.

Si bien, aquí, después de la crisis que conllevo el cambio de la regulación y retribución, que ha provocado además decenas de demandas en los tribunales, el pasado año ha sido una etapa de inflexión, según José Donoso, de la Unión Española Fotovoltaica. Un periodo en el que se han convalidado las mejoras tecnológicas que elevan la competitividad de esta fuente de energía. Una situación que les permite, como señaló, acudir al mercado y no depender de primas o subvenciones.

No obstante piden cambios al nuevo Gobierno, y celebran que vaya a modificar el marco regulador para el autoconsumo, que se ha convertido en una prioridad para los actuales responsables de la política energética en España. Quita barreras económicas y administrativas es la petición de esta asociación, para que los ciudadanos puedan reducir sus facturas.

A más largo plazo Donoso habló de la necesidad de aprobar y desarrollar la ley de Transición Energética  y Cambio Climático, para cumplir con los compromisos del Tratado de París y con los objetivos sobre energías renovables aprobados por el Parlamento Europeo.

En el ámbito específico del mercado eléctrico la asociación fotovoltaica aboga por cambiar el pool, que marca los precios eléctrico; pero, como prioridad, asegurar la estabilidad, porque, en caso contrario, nadie va a invertir en instalar fábricas.