España ocupa el cuarto puesto en Europa en consumo de videojuegos, por detrás de Alemania, Reino Unido y Francia, según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI). Y es que llega una edad en que ya solo se divierten frente a la consola o el PC. Sobre todo ahora que están tan de moda los juegos de eSport, como League of Legends (LoL), el más popular del mundo, y otros videojuegos que se abren paso en ese mundo de competiciones como el Fortnite.

Entre los más pequeños, la plataforma más popular es Roblox, con más de 70 millones de usuarios activos todos los meses. En este juego educativo, que fomenta las habilidades STEM (acrónimo en inglés de Science, Technology, Engineering y Mathematics), los niños aprenden a programar sus propios videojuegos. Sin embargo, aunque este entretenimiento ayude a estimular la creatividad, el trabajo en equipo y el espíritu emprendedor, entre otras bondades, no por ello está exento de riesgos. Simplemente el hecho de jugar en exceso perjudica de alguna manera.

Por eso, los creadores de Roblox, junto con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), a través del servicio para menores Internet Segura for Kids (IS4K), y PantallasAmigas han lanzado una guía que orienta a los padres para que jueguen de forma segura a este y otros juegos y desarrollen una parentalidad digital positiva. Los padres deben involucrarse en la educación digital de los chavales.

1-Saber a qué está jugando: “Hay que procurar que sean juegos que aporten, que dejen más poso en esas horas en que se dedica a ello. Por eso recomendamos que sean variados, porque diferentes juegos aportan distintas capacidades. No es lo mismo jugar dos horas cada día a un videojuego que jugar dos horas cada día a tres videojuegos diferentes. Si aparecen nuevo juegos, los padres deben intentar documentarse a través de Google, Youtube o la web del juego para saber si son útiles para sus hijos”, señaló Jorge Flores, fundador y director de PantallasAmigas.

2-Cuenta y chat lo más seguros posible: “Es importante que, en la configuración inicial del juego, los padres acompañen a sus hijos para hacerlo de manera más segura, desde el propio nick y para ver qué opciones de configuración de restricción o apertura tienen los chats”, dijo Flores. El niño debe saber que los progenitores conocen la contraseña y aceptar que estos pueden entrar en cualquier momento.

3-Vigilar el tiempo de uso para que no sea excesivo: las pantallas del teléfono, el PC o cualquier otro dispositivo acaparan la mirada y la mente de los niños y adolescentes durante buena parte del día. Es importante acordar previamente con ellos el uso de juego, vigilar signos de dependencia y estimular el ocio no digital, aunque para ello hay que estar atento y saber cuánto se está usando. La tecnología no puede hacer de niñera.

“No existe un número de horas establecido, dependerá de cada caso, de la madurez, de la edad y de que haga un uso equilibrado que le permita seguir haciendo el resto de actividades”, afirmó Cristina Gutiérrez, coordinadora de la Línea de Ayuda de IS4K de Incibe. “Pasarse cuatro horas todas las tardes a todas luces es excesivo”, subrayó Flores.

4-Cómo evitar los depredadores: cuando hay otras personas compartiendo el juego, puede haber “algunos adultos que traten de ganarse la confianza y posteriormente el favor de los más jóvenes. Por eso, recomendamos que sean prudentes con lo que comparten y que pidan siempre ayuda y comuniquen algo incómodo y que no tengan secretos con la familia”, puntualizó Flores.

5-Prevenir el cyberbulling: “Siempre hay que estar cerca de los hijos y generar confianza con ellos para que compartan esos momento difíciles”, apuntó Flores. El Incibe cuenta con una línea de atención telefónica confidencial (900 116 117) en la que adultos y pequeños pueden resolver sus dudas o conflictos relacionados con las nuevas tecnologías. “La parentalidad activa debe ser una actividad que esté dentro de la rutina de la familia, porque es positiva para todos”, aconsejó Cristina Gutiérrez.