¿Eres amante de las cookies, los brownies, la tarta de zanahoria, los rollitos de canela, la genuina tarta de queso o los bagels dulces o salados? Entonces estás de enhorabuena. Acaba de abrir en la calle Serrano, 149 (justo al lado de la plaza de los Delfines) The Cookie Lab, la primera pastelería americana de la capital completamente artesanal.

Para hacer una buena galleta, una cookie especial, solo se necesitan dos cosas: ingredientes de calidad. Todos. Y una buena receta. Esa es la filosofía de este nuevo establecimiento. En The Cookie Lab tienen los mejores ingredientes gourmet y las recetas más auténticas de la tradición pastelera americana basadas en el recetario familiar de Dana Knowles (propietaria de los famosos establecimientos Taste of América).

Pastelerías de lujo neoyorquinas llevan años aplicando esta fórmula con éxito: recetas de las abuelas, técnicamente perfectas, y los ingredientes más pegados a la tierra, más naturales posible. Las mejores harinas, el chocolate más refinado de la tradición americana, huevos de corral de proximidad… ¿Qué no debéis perderos? Entre las cookies, destacan la de chocolate con crema de cacahuete, la de chocolate blanco y nueces pecanas, la original con chips de chocolate y nueces pecanas o la de chips de chocolate y avena con arándanos. Otras de las especialidades son los cinammon rolls, los brownies, la tarta de queso al estilo de Nueva York, la siempre apetecible tarta red velvet, el banana bread… Creaciones deliciosas recién salidas del horno. Y no solo podrás disfrutar de las recetas dulces: también cuentan con bagels rellenos de queso crema, de queso al grill o uno que no debéis dejar de probar relleno de carne de cerdo. Productos sin gluten, zumos naturales, refrescos americanos y un buen café completan la oferta.

Además, cada semana en The Cookie Lab se elaboran creaciones nuevas y diferentes como la tarta de calabaza (perfecta para saborearla en Halloween y durante el Día de Acción de Gracias) la tarta de manzana, el sándwich de galleta relleno de nubes y chocolate…

Todo ello en un espacio acogedor que dispone de un obrador a la vista, un área de degustación, pedidos para llevar a casa y zona de cafetería. Un estilo cosmopolita pero que respeta las fórmulas de elaboración tradicionales, ideado para que amigos y familias disfruten con una pastelería “de verdad”, auténtica y sin aditivos.

“Un dulce no siempre tiene que ser un capricho prohibido-explica Dana-. Aquí los productos se hacen con mimo y materias primas naturales, muy seleccionadas, con nombre y apellidos y de altísima calidad. Pequeños “treat” que hacen de un día cualquiera otro mucho más alegre. Recetas de mi familia que harán disfrutar a partir de ahora a otras muchas. Ya puestos a comer un dulce, que merezca realmente la pena”.