Continúan las malas noticias de las agencias de calificación. Si el jarro de agua fría cayó este martes sobre Portugal, lo que ha convulsoniado de nuevo los mercados, este miércoles Fitch ha empezado a dar a conocer sus nuevas notas. En este caso, al Banco Popular y a Bankinter. La entidad presidida Ángel Ron ha visto rebajado sus rating emisores a largo plazo hasta «A-» desde «A» con perspectiva negativa, y la presidida por Pedro Guerrero ha pasado de «A» a «BBB» cons perspectiva estable.

Fitch argumentan en la nota del Banco Popular, que ha visto reducido su rating un escalón tanto en sus emisiones a loargo plazo como a corto plazo (de «F1» a «F2») por las perspectivas económicas de España y la exposición de la entidad al «ladrillo». Y por extensión, la agencia de calificación también ha rebajado la nota de Banco Popular de Portugal al mismo nivel que su matriz española. Y ahondando en las perspectivas económicas de nuestro país, la agencia de calificación considera que muestra unas «débiles condiciones» que pueden traer un «crecimiento más lento» del negocio bancario de la entidad, sobre todo en lo que se refiere a pymes en el medio plazo. En cuanto al problema del «ladrillo», argumenta que su «exposición es comparativamente alta».

Ambos factores unidos, explica Fitch, «continuarán afectando a la calidad de los activos y a la rentabilidad de Banco Popular durante el resto de 2011 y a lo largo de 2012, puesto que sus resultados están «altamente correlacionados» con la evolución de la economía española.

«Guerra de depósitos»

La agencia de calificación también aprovecha para advertir del peligro de la «guerra de depósitos» así como de las dificultades de acceso a la financiación mayorista por las condiciones exigidas, lo que podría «añadir más presión a los márgenes» del Popular, cuyo «mix» de financiación ha mejorado por la mayor aportacón de fondos de su red de sucursales (el 79% del total de préstamos» y el mernos recurso a los fondos del Banco Central Europeo (BCE).

Y sobre la «perspectiva negativa», Fitch explica que es un reflejo de la posibilidad de que se pueda rebajar el rating de la entidad «si no gestiona activamente» su exposición inmobiliaria «y/o» que sus ingresos sean insuficientes para absorber los «grandes costes de crédito» para los activos inmobiliarios, «mientras mantiene una rentabilidad sólida».

La noticia no ha pillado por sorpresa a la entidad, que al conocer su nueva calificación ha asegurado que «tendrá un impacto limitado«, dado qe se debe principalmente a factores externos asociados al deterioro de la situación económica del país.

La última nota para Bankinter

Por lo que se refiere a Bankinger, entidad que dejará de ser evaluada por Fitch, la agencia explica que la rebaja de la nota se debe a las expectativas de que la entidad continúe teniendo dificultades de financiación ante la incertidumbre en los mercados de capitales respoecto a los emisores españoles. Y precisamente, Bankinter basa su modelo de negocio en la financiación mayorista. Pese a todo, reconoce que la entidad ha logrado disminuir su dependencia de este negocio ante el aumento de los depósitos de los clientes.

Sin embargo, Fitch recuerda que la entidad debe afrontar «importantes» vencimientos a medio plazo. Para la agencia los mayores costes de financiación tanto mayorista como minorista continuarán ejerciendo «presión» en su margen de interés neto y, por consiguiente, a la eficiencia de sus costes.

Asimismo, el rating dado también refleja su «relativamente bajo perfil de riesgo» con una exposición al sector inmobiliario español inferior a la de entidades similares, unos mejores indicadores de la calidad de activos y unos mejorados niveles de ‘core capital’. «El perfil de riesgo de Bankinter es claramente bajo, y la calidad de sus activos se ha mantenido firme a pesar la crisis en el sector inmobiliario español», concluye la agencia de calificación.