Al Gobierno del teóricamente republicano Partido Socialista le faltó tiempo para recurrir ante el Tribunal Constitucional la simbólica reprobación de la monarquía por parte del Parlament catalán acompañándola, además, de muestras de ferviente ardor monárquico. Es una de las pocas cosas que les une al PP, Ciudadanos y a Vox.

Pero esta encendida defensa de la Corona por parte del Ejecutivo ante una declaración que no deja de ser un brindis al sol cada día se demuestra que ha propiciado el efecto contrario. La reacción gubernamental ha provocado que se estén multiplicando las iniciativas populares sobre la jefatura del Estado.

Las votaciones realizadas en Móstoles y Vicálvaro pueden representar un precedente, ahora a la consulta organizada por la Universidad Autónoma de Madrid va teniendo imitadores tanto en centros de enseñanza superior como en otros ámbitos.Los estudiantes señalan, con razón, que por razones de edad no pudieron votar ni la Constitución ni la monarquía (la realidad es que la monarquía no la pudo votar nadie, la colaron en un paquete de medidas en un momento muy concreto).

Por otra parte Izquierda Unida tiene la intención que sus concejales presenten en miles de ayuntamientos mociones para reprobar la monarquía y exigir un referéndum. También el Parlamento de Navarra aprobó una moción reclamando un referéndum vinculante

Si el Gobierno pretendía con su recurso al Tribunal Constitucional acabar con el debate el tiro le ha salido por la culata. Y suerte tiene que la justicia en estos casos es muy lenta y cuando conviene las sentencias se eternizan, por que se dan todos los elementos para que el alto tribunal desestime la impugnación de la reprobación al Rey por parte del Parlamento catalán.