Jean Claude Trichet, en una de sus últimas decisiones como máximo responsable del BCE no ha fallado en lo que se esperaba de él. Ha subido los tipos de interés porque la inflación de la zona euro está en el 2,6%, y subiendo en el último mes, pero ha advertido que no habrá nuevas subidas en el horizonte inmediato. El ritmo de crecimiento económico del segundo trimestre ha sido bueno pero peor que el del primero.
Que el BCE subiría tipos estaba claro. Lo había advertido hace un mes al anunciar que se mantenía una estrecha vigilancia sobre los niveles de precios y que el banco tiene que evitar posibles repuntes inflacionistas de segunda vuelta. La economía alemana y la francesa siguen creciendo a buen ritmo y eso preocupa porque puede producir un recalentamiento indeseado y tensiones en los precios que están en el 2,6% cuando el objetivo es alcanzar el dos o incluso rebasarlo por abajo.
Naturalmente que, una vez más, la decisión no viene igual de bien a todos los países de la Unión Monetaria. Los que se están recuperando con más fuerza apenas sentirán en sus economías ese endurecimiento de la política monetaria porque en todo caso el precio del dinero sigue siendo muy barato y se coloca por debajo de la tasa de inflación.
Pero para los demás países, en especial los periféricos que sufren continuos ataques sobre su deuda soberana, la medida no es buena porque eso significa un encarecimiento de su endeudamiento lo que supone mayores esfuerzos para la contención del déficit público que tienen pactado con la Unión Europea. Entre ellos se encuentra España, pero también Grecia, Portugal, Irlanda, Italia e incluso Bélgica.
Junto a esta medida, el BCE ha pasado al ataque contra las agencias de calificación. Si Moody’s anunció ayer que rebaja el rating de Portugal hasta el nivel de ‘bono basura’, el BCE ha contraatacado señalando que no importaba y que seguirá admitiendo como garantía de liquidez los bonos emitidos por Portugal. No habrá problema, pues, para los bancos portugueses pero tampoco para el resto de entidades europeas poseedoras de títulos de aquel país si quieren ofrecerlos como contrapartida al BCE.
Trichet no podía de dejar de ser ortodoxo en el final de su carrera al frente del BCE y ha vuelto a anteponer los objetivos de inflación a los de crecimiento del conjunto del área. Y ello a pesar de que ha reconocido que en el segundo trimestre el crecimiento se ha ralentizado respecto a lo que había ocurrido en el primero cuando saltó la sorpresa de que el PIB había aumentado en el conjunto del área bastante más de lo esperado, especialmente porque Francia había registrado un incremento de su riqueza muy superior al esperado.
No es nada grave, señala el BCE, porque el crecimiento está asegurado y cada vez son más los países que se incorporan a cifras más elevadas. Lo extraño, señalan, fue lo que ocurrió en el periodo enero-marzo. En esos meses el PIB aumentó por causas específicas más de lo esperado y no recurrentes en cualquier caso.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.