José Antonio Herce, socio director de Afi, defiende, en la presentación de su libro «A vueltas con las pensiones. Reflexiones, ideas y ocurrencias» (Versuss Libros, 235 páginas), que la solución al problema de la sostenibilidad de las pensiones públicas pasa por retrasar la edad de jubilación.

Es la mejor receta para evitar un desplome de la tasa de sustitución, que es la parte del último salario que se cobra en la pensión, y que actualmente está en el 84% (en Suecia es el 40%). Japón ya acepta que un trabajador se mantenga en su puesto hasta los 75 años, y Suecia está estudiando acercar la edad de jubilación a los 70 años.

Eso sí, Herce rechaza la jubilación «forzosa», porque «además de inconstitucional, es una aberración», y reclama incentivos para que el empleado alargue su vida laboral.

También subraya que «a los 12 años de jubilación ya se han devuelto todas las cotizaciones». «Los pobres, que viven menos que los ricos porque la esperanza de vida está vinculada al nivel de ésta, son los que pagan las pensiones de los ricos», afirma.

El socio director de Afi considera que hay que asumir que los planes de pensiones privados «no han funcionado». Y que su rentabilidad «no es para tirar cohetes».

Herce rechaza que los robots paguen impuestos para financiar las pensiones de los humanos. «Es una pésima idea, porque las empresas que tienen  robots ya pagan impuestos, el de Sociedades. Y porque los robots no van a matar el trabajo, ya llevamos 50 años con ellos, y por cada empleo que destruyen crean 5, y de mayor calidad», argumenta. «Los robot florecen donde no hay mano de obra suficiente, como en Japón», añade.

«El empleo del futuro será tan divertido y gratificante, que nadie querrá jubilarse», pronostica Herce.

Honestidad intelectual

Antes, Emilio Ontiveros, presidente de Afi, daba razones de sobra para comprar el libro de Herce: «trata de una cuestión relevante, sensible, que afecta a la confianza de las personas; es una obra pertinente y adecuada del economista que de una forma más persistente y seria ha abordado el problema de las pensiones, con una honestidad intelectual a prueba de bombas». Además, «Herce escribe muy bien, y es muy difícil encontrar alguien que escriba de economía de una manera correcta y de una forma atractiva, con capacidad de divulgación sin perder calidad».

Luis María Linde, exgobernador del Banco de España, señala que las pensiones, «tanto las públicas como las privadas», son «una cuestión económica, política y social» de primera magnitud. «El problema de cómo financiar las pensiones sin que provoque destrozos en la economía no se puede resolver con más presión fiscal, no hay otra fórmula que incrementar el ahorro«, argumenta.

Linde aplaude la iniciativa de Herce, porque «todo lo que se haga por la educación financiera de los españoles es poco».

César Molinas, socio fundador de Multa Paucis, añade que el problema de las pensiones es que «ya no se financian con las cotizaciones de los trabajadores». «Cuando Bismarck las puso en marcha, solo el 10% de la población pasaba de los 65 años. Ahora es más del 90%», subraya.

«Esto ya se sabía en 1984», cuando comienza el proceso de la reforma de las pensiones, y fecha del primer artículo de Herce sobre la cuestión. La reforma de 1986, que introdujo los planes de pensiones privados, «ha sido boicoteada sistemáticamente por todos los Gobiernos, independientemente de su color político, y por los sindcatos», subraya Molinas.

Este experto defiende el uso toda la vida laboral (ahora son 21 años) para el cómputo de la pensión, y por adaptar la edad de jubilación a la esperanza de vida. Y recalca una advertencia de los organismos internacionales: las pensiones añadirán 1,5 puntos al déficit publico.